Cerca de 40 líderes de organizaciones sociales colombianas estuvieron presentes en la reunión que se desarrolló en una finca al sureste de Quito, para analizar vías que permitan encarrilar el diálogo con el Gobierno que preside Juan Manuel Santos.

Las organizaciones sociales tuvimos la iniciativa de hacer un diálogo con las partes, tanto con el Gobierno, como con el Eln, con el ánimo de ayudar a colaborar a que se reactive la mesa de negociación“, manifestó a Efe Alejandra Llano, en representación de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).

Aunque el primer encuentro celebrado en suelo ecuatoriano no arrojó resultados, los líderes sociales volverán a verse este sábado con miembros de la guerrilla para seguir con su cometido.

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Llano señaló que no ejercen como mediadores, pero sí responden a “un clamor social para que se sienten y vuelvan a restablecer el cese bilateral”, con el objetivo de lograr la “seguridad y garantías a las comunidades en sus territorios”.

La dirigente social incidió en que uno de los puntos de los acuerdos y la negociación, el relativo a la situación de los líderes sociales, pone de manifiesto la dificultad del proceso.

“En los últimos dos años contamos más de 200 líderes asesinados, y 27 solo en enero, lo que muestra que en Colombia el proceso de construcción de paz es muy complejo y amerita muchos esfuerzos y acompañamiento internacional”, sostuvo.

Por su parte, en una comparecencia previa, Marilén Serna, de la organización Congreso de los Pueblos, reveló que han presentado al Eln “propuestas muy concretas” que no elaboró, para conseguir el acercamiento entre las partes.

“Nosotros hemos pedido a la mesa que los dos actores generen medidas tendientes a disminuir la intensidad del conflicto en los territorios, que se proteja la vida de las comunidades y de las organizaciones e implementen acuerdos de carácter humanitario”, remarcó.

Los diálogos de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y el Eln quedaron en entredicho a finales de enero por los atentados atribuidos a la guerrilla, que dejaron 7 policías muertos y 47 heridos y llevaron al Ejecutivo colombiano a suspenderlos.

El pasado 10 de enero expiró un cese del fuego bilateral de 101 días tras el cual la mayor guerrilla en activo del país lanzó los ataques contra objetivos petroleros y de seguridad, en medio de las acusaciones al Gobierno de continuar acciones beligerantes y el hostigamiento contra sus dirigentes.

EFE