“Dilatar, dilatar, dilatar”

Para el columnista de la revista Semana Daniel Coronell, eso es lo que busca Uribe.
Primero, en el Congreso; luego, promoviendo un referendo.

Después buscará torpedear las zonas de concentración destinadas a la dejación de las armas… que el paso del tiempo se encargue de erosionar el cese al fuego y que el regreso de la violencia termine dándole la razón sobre la inconveniencia de los acuerdos”, dice Coronell.

“Su afán es volver al poder”

Y en ese afán no hay campo para la sensatez ni la grandeza. Así lo asegura la columnista de la revista Semana María Jimena Duzán

Ha quedado claro que de ahora en adelante, el expresidente va a dedicar su capital político a destruir todo lo que se vaya construyendo en el camino hacia la paz, así siga insistiendo de manera cínica que él también la quiere: nos queda claro que va a hacer hasta lo imposible para impedir que las Farc silencien sus fusiles, se desarmen y entren a la vida política con el objeto de que se conviertan en un partido político. A él no le conviene que las Farc silencien sus fusiles porque se le acaba el sustento de su dogma. Los necesita extorsionando, sembrando minas antipersonal, porque de esa forma se alimenta en el país la necesidad de que un líder autoritario como él siga teniendo vigencia”.

“Se equivocaron los que creyeron que era posible ver la firma de Uribe en un acuerdo de paz”

Pero sobre todo los ingenuos que pensaron que el expresidente y Senador del Centro Democrático declinaría y cerraría la “rentable discusión sobre la paz”, porque en la mente del “astuto” opositor de Santos está su retorno al poder en 2018, aseguró León Valencia en su columna de Semana.

Las críticas de Uribe a los acuerdos están en función de las elecciones presidenciales. Saltar hacia afuera del proceso, bajo cualquier excusa, le otorga capital político en la controversia por la paz, un asunto vital para el debate electoral que se aproxima y para el que Uribe y sus partidarios esperan estar fuertes ante la dispersión de candidatos de la coalición del Gobierno.

La disputa va a continuar en el escenario del Congreso por la refrendación y la implementación, y allí también los uribistas y uno que otro aliado que encuentren entre la diversidad de bancadas intentarán estrategias parecidas para seguir modulando los acuerdos, sin comprometerse con el proceso de paz y con el desarrollo cabal del posconflicto. Veremos si aquí también les dan resultado las maniobras”, resaltó León Valencia.

A minar el entusiasmo de un país esperanzado

Ese es otro de los males que el senador del Centro Democrático habría infringido en su loca carrera hacia el poder en el que ha valido de todo: desde el odio hasta el temor, explica la escritora Piedad Bonnet en su columna de El Espectador.

La realidad es que entre todos los daños que ha hecho Uribe está uno que no es menor: haber minado el entusiasmo de un país esperanzado, que durante 50 años apenas si había tenido relámpagos de fe en la paz”.

Y, en seguida, agrega:

El desaliento proviene también de comprobar que el Centro Democrático nunca estuvo dispuesto a ceder, a pesar de la buena disposición de los otros sectores, que su escucha era mero simulacro, y que su empecinamiento en decir no a los nuevos acuerdos no era sino una estrategia política de campaña con miras al 2018, a costa de mantener dividido el país, y de algo aún peor: de poner en riesgo el cese del fuego y la calma en las regiones”.

Uribismo: un sainete fabricado con malicia y mala fe

Para el exdirector del DAS Ramiro Bejarano la intención del expresidente Álvaro Uribe y sus seguidores es la de conducir el debate sobre el renegociado acuerdo con las Farc en un plano electoral, después de “vociferar, insultar y amenazar” y hasta pedir un nuevo plebiscito, explicó en su columna de El Espectador.

Lo que sigue es que la paz y la implementación de los acuerdos se meta en la agenda de las campañas políticas, y para ello intentarán convocar un referendo para tumbarlos y que regrese la guerra. Con esa estrategia le apostarán a que las gentes lleguen a votar “emberracadas” en mayo de 2018 y salga ungido como primer mandatario uno cualquiera de los tres chiflados precandidatos de bolsillo del uribismo”.

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