“Una reincorporación es el fundamento de una transición irreversible entre la guerra y la paz”, dijo Arnault durante una visita al Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Buenavista, en el municipio de Mesetas, departamento del Meta, en donde permanecen más de 250 exguerrilleros que hacen su tránsito a la vida en sociedad.

Según el funcionario internacional, la reincorporación se presta para que exguerrilleros, empresarios, gobiernos locales y departamentales “se puedan dedicar y trabajar en forma conjunta para desarrollar los territorios afectados por el conflicto armado” colombiano, que duró más de medio siglo.

Aseguró que desde la dejación de las armas por la antigua guerrilla de las Farc se han registrado avances en todos los campos y recordó que ahora los antiguos rivales que se enfrentaban en el campo de batalla desarrollan labores compartidas y, sobre todo, se ha producido el restablecimiento de la confianza y el respeto mutuo.

En la visita a Mesetas, una de las regiones antiguamente dominadas por las Farc, los excombatientes mostraron sobre el terreno los progresos en los proyectos productivos, que incluyen cultivos de yuca, plátano, cría de cerdos y pollos, al igual que iniciativas piscícolas.

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Al tiempo que destacaron sus adelantos, reclamaron del Gobierno el cumplimiento de los acuerdos, en especial lo que corresponde a los auxilios económicos y al apoyo técnico para desarrollar sus proyectos.

“Hasta el momento no hemos visto casi nada”, dijo José Aldinever Sierra, jefe político de las Farc de la zona.

Insistió en que los exguerrilleros iniciaron sus planes agropecuarios porque se cansaron de esperar “lo que estaba en los acuerdos”, y pidió al Gobierno tierras, al indicar que sin estas no pueden trabajar.

Por otro lado, Arnault declinó entrar en polémicas con el Gobierno colombiano a raíz del informe de la ONU en el cual se asegura que el 55 % de los exguerrilleros de las Farc abandonó las zonas veredales por “desilusión”.

En cambio, instó a que el plan de reincorporación se agilice, y argumentó que no se puede “darle tanto tiempo a ese proceso de reintegración”.

“Quienes pierden la esperanza pueden abrirse a otras alternativas”, advirtió.

El delegado internacional explicó igualmente que “Colombia sufre de una grave enfermedad de economías ilícitas” y señaló que “el mejor camino para que los excombatientes no tomen esa alternativa es asegurando una economía productiva”.

Con EFE

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