El expediente registra que estos dos suboficiales, de los que no se dieron a conocer sus nombres, se ensañaron con varios soldados a los que señalaban de haber consumido algunos víveres y una porción de carne que estaba destinada para la unidad militar.

Entonces, indica la Corte Suprema de Justicia, los castigaron azotándolos en las piernas y glúteos, los sumergieron en un tanque con agua y luego les restregaron la cara en excremento animal.

Si bien la defensa de los militares pedía archivar el caso, que ocurrió en octubre de 2004, con el argumento de que los ‘correctivos’ hacían parte del servicio militar, la CSJ rechazó la petición y enfatizó en que estaban frente a un caso de tortura y maltrato físico.

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Además, reveló varios de los castigos que los procesados les aplicaban a sus subalternos.

“La obligación de los soldados de hacer en el piso rollitos por espacio de noventa minutos, mientras eran golpeados con varas o ramas en sus glúteos y piernas por sus demás compañeros, que les causaron incapacidad de quince días, y untadas sus caras de boñiga; para luego hacerlos beber agua salada, comer frijoles crudos, tomar café amargo y sumergirse en un tanque de agua, no son tratos inhumanos o degradantes simplemente,  ni acciones correctivas propias de la disciplina militar (…), sino actos de tortura”, sostiene la decisión.

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