El presidente Santos insistió en que el objetivo es el de “concentrar todos los esfuerzos en los puntos más complejos para lograr un nuevo acuerdo con las Farc en el menor tiempo posible”.

Sin embargo, esta tarea parece que no será la más difícil de todas porque la reorientación de los acuerdos firmados entre el Gobierno y las Farc tiene más diferencias que coincidencias entre los negociadores y los promotores del ‘no’.

La revista Semana señala que “las propuestas viables son la minoría” y que “los uribistas saben que sus fórmulas son muy difíciles de aceptar”. Las 500 propuestas, que fueron subdivididas en 57 ejes temáticos, se pueden agrupar en dos grandes bloques: las que son difíciles de renegociar y las que son casi imposibles de hacerlo.

En ambos escenarios, nada optimistas, el Gobierno tendrá la misión de convencer a la guerrilla de aceptar los ajustes formulados por los promotores del ‘no’.

Por ejemplo, entre los puntos difíciles están los siguientes:

  • Restitución de tierras
  • Recuperación de baldíos de la Nación
  • Expropiación de predios improductivos o la consulta previa
  • Y las libertades sexuales

En esa colada también está la reparación económica a las víctimas del conflicto, la incorporación al bloque de constitucionalidad de los términos del acuerdo, la eliminación de la jurisdicción especial por un sistema de justicia transicional que, a todas luces, eliminaría de los acuerdos la seguridad jurídica que exigen los jefes de las Farc.

A esto se suma que los líderes del ‘no’ sostienen que en Colombia “no hay conflicto armado y que el acuerdo debe ser más un instrumento de desarme y sanciones a las Farc, como únicas responsables de crímenes graves”.

Es decir, que los del ‘no’ ven a las Farc como una organización criminal y no como un movimiento rebelde con fines políticos, sustrayendo así el elemento sustancial que motivó el Acuerdo General suscrito por las partes en Cartagena.

Por ese mismo camino, advierte la revista en su análisis, es como se definen los puntos más álgidos que se discutirán en la mesa y de los cuales se prevé que no habrá mayor avance ni aceptación por parte de las Farc.

Son esencialmente cuatro, apunta Semana:

  • Las sanciones para crímenes de lesa humanidad
  • La elegibilidad política
  • La entrega de bienes
  • La seguridad jurídica del acuerdo

No hay ninguna señal remota de que los jefes de la guerrilla acepten someterse a un proceso que les declara la muerte política.

El Espectador coincide en que a los promotores del ‘no’ (uribistas y conservadores) les preocupa lo siguiente:

  • Que no haya sanción efectiva con privación de la libertad para los responsables de crímenes atroces o de lesa humanidad
  • Que el narcotráfico no sea delito conexo al político
  • Que el sistema de justicia transicional esté articulado al Poder Judicial
  • Que la reparación a las víctimas sea de verdad efectiva y se haga con recursos obtenidos de los bienes de la guerrilla.

Santos entregó instrucciones precisas a los integrantes de la Mesa de Paz del Gobierno para que se aborden todos los temas, sin descuidar los canales que siguen abiertos con los promotores del ‘no’.

La noche del sábado viajaba Humberto de la Calle a La Habana (Cuba) y el domingo partirá hacia la isla el ministro del Interior Juan Fernando Cristo para unirse al senador Roy Barreras y Frank Pearl, señaló el presidente Santos.

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