Su intervención, sin embargo, comenzó con una curiosidad: se saltó el protocolo y no saludó, una por una, a las personalidades que asistieron, sino que se dirigió a todas ellas con un saludo general.

Y ahí sí comenzó su intervención, de la cual se pueden extraer las siguientes frases:

  • Esto significa –ni más ni menos– el fin de las Farc como grupo armado.
  • Colombia se acostumbró a vivir en conflicto, y ya no tenemos recuerdos –ni siquiera referencias– de lo que es vivir en paz.
  • Hoy –por fortuna–, con lo que se acaba de firmar, damos vuelta a esta trágica y larga página de nuestra historia.
  • Hoy se abre un nuevo capítulo, un capítulo que nos devuelve la esperanza, que nos permite empezar a cicatrizar las heridas, y que les da a nuestros hijos la posibilidad de no repetir la historia que tanto daño le ha causado al país.
  • ¡Nos llegó la hora de vivir sin guerra! Nos llegó la hora de ser un país normal, ¡un país en paz!
  • No habrá más colombianos víctimas de esta guerra entre hijos de una misma nación.
  • No habrá más niños en la guerra. Podrán dedicarse a ser realmente niños: aprender, jugar, reír, ¡como debe ser!
  • Algo que todos debemos comprender es que este acuerdo logrado con las Farc significa terminar la guerra con la organización guerrillera más grande y más antigua, y tiene una importancia inmensa para el presente y futuro de Colombia.
  • Ese es el futuro que está a nuestro alcance: el de un país donde podamos crecer, progresar y envejecer en paz todos los colombianos.
  • Como Jefe de Estado y como colombiano, defenderé –con igual determinación– su derecho a expresarse y a que sigan su lucha política por las vías legales, así nunca estemos de acuerdo.
  • Ahora bien: el fin del conflicto No es el punto de llegada. El fin del conflicto es el punto de partida para que construyamos juntos –unidos en la diversidad– un país donde haya espacio para todos.

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