“(…) Colombia vive de sobresalto en sobresalto, de alarma en alarma, de emergencia en emergencia, y todo es presentado de un modo tan dramático y exagerado que da la impresión de que cada semana el país está al borde del colapso por un motivo distinto”, dice Abad en El Espectador.

Y sin matices señala responsables: periódicos, emisoras de radio y canales de televisión.

Y las redes sociales no se quedan atrás: “Nada mejor que Twitter para alimentar la alharaca y el escándalo, sobre todo si estos sirven para desacreditar al Gobierno y para anunciar, una semana tras otra, ‘el momento más crucial de nuestra historia’ o ‘el último paso antes del abismo’”, dice Abad.

Para el columnista, el episodio del secuestro de Salud Hernández demuestra este manejo desequilibrado.

“Vivimos una semana de alharaca destructiva y acusaciones injustas”, dice.

Para Abad es obvio que esta visión desequilibrada impide ver hechos, datos, como que hay menos secuestros que en el 2008 o el 2010, que hay menos muertos –soldados y guerrilleros-, menos desplazados, menos homicidios de líderes de izquierda que en el gobierno anterior.

“A Salud Hernández no la secuestró el presidente Santos sino el Eln. En tiempos de Pastrana o de Uribe no íbamos a pasear al Catatumbo tranquilos, como quien va a Suiza. Hace 30 años que el Ejército no controla esa zona”, dice Abad.

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