Así quedó evidenciado en una comunicación interceptada por las autoridades, en la que una mujer (proxeneta) habla con uno de los integrantes de la banda criminal que le pide llevar varias menores, según difundió Noticias RCN.

“¿Cuántas es que son? Tres y una ‘cero kilómetros’”? Pregunta la mujer, y el hombre le confirma que esas son las que necesita. Las niñas reclutadas, de acuerdo con ese medio, tienen entre 12 y 14 años de edad.

El noticiero dice que las menores son solicitadas por Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’ (jefe de la banda), y que una de las aberraciones que tiene el capo es que la niña debe ser virgen.

Alias ‘Gavilán’ (Roberto Vargas Gutiérrez) era otro de los pervertidos de la banda, aunque las autoridades anunciaron que fue abatido en medio de un operativo en septiembre de 2017.

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Si la menor se niega a acceder a estas pretensiones entonces la amenazan o les ofrecen dinero a sus padres para que guarden silencio. En el peor de los casos, dice el noticiero, atentan contra sus vidas como represalia.

Pero si la menor accede, como quedó registrado en otra grabación, debe ir “bien bonita”, pues la llevan hasta la finca en donde los narcos hacen fiestas y les dan dinero para accederlas sexualmente. Pero al salir de las guaridas de estos criminales, señala en informativo, las niñas no vuelven a ser las mismas y sus vidas cambian por completo.

“Lamentablemente es una situación de perversión que se convierte en un efecto dominó donde, precisamente, estas niñas que han sido víctimas de agresiones sexuales a cambio de dinero por parte de alias ‘Otoniel’ van en un voz a voz en las regiones en las cuales son reclutadas, y ellas mismas, incluso, pueden ayudar a conseguir otras jovencitas”, explicó a ese medio el psiquiatra forense Belisario Valbuena.

En uno de los detalles más aterradores de la investigación, la Policía encontró varias cartas en donde las mismas menores les agradecen a los capos por los regalos que les mandan y por el dinero que les dan a sus familias. De lo que no se percatan estas niñas es del daño sicológico que les trae este apego sentimental al delincuente y a lo material.

Esta revelación hace parte de la investigación que adelantan las autoridades para dar con el paradero de ‘Otoniel’, ya que por el asedio policial le ha tocado dejar su zona de ‘confort’ e internarse en la selva.

Esta es la historia completa: