En un descuido de sus padres, la pequeña recogió el artefacto y se lo llevó a la boca, pensando que era un dulce, informó Noticias Caracol. De inmediato, la llevaron de urgencias al hospital departamental, donde fue atendida en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Blanca Fernández, secretaria de salud de Santa Marta aseguró al noticiero que allí le hicieron un lavado y luego la remitieron a la Clínica General del Norte, en Barranquilla.

“Hemos estado en comunicación con la clínica y con la médico pediatra que está en la UCI y, afortunadamente, la niña ha respondido muy bien“, señaló la funcionaria.

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En entrevista con Noticias RCN, Fernández también aseguró que este fue un caso de irresponsabilidad de los padres y anunció una investigación.

Karen Abudinen, directora del ICBF, se refirió a este hecho a través de Twitter y lo calificó como “triste e indignante”. “Tomaremos las medidas contra los padres, como se ha hecho en otros casos”, agregó Abudinen.

A través de esa red social, también declaró:

“Nuestros niños son curiosos por naturaleza, su cuidado no admite ningún descuido, requiere total atención. Es nuestro deber cerrarle la puerta a la pólvora y a cualquier otro riesgo al que estén expuestos”.

Hace solo 4 días se reportó la muerte de un una niña de 4 años que también se comió un triquitraque. La pequeña comenzó con fuertes vómitos y diarreas, hasta que finalmente falleció cuatro días después de consumir el tote, cuyo contenido principal es el fósforo blanco.

Consultada por Noticias Caracol, la toxicóloga Mónica Medina explicó que un triquitraque contiene entre 50 y 60 miligramos de pólvora y que solo el consumo de 10 miligramos podría ser mortal para un niño que pese menos de 10 kilos.

La especialista indicó que al ingerir un tote, la pólvora va “en seguida al hígado”, causando insuficiencia hepática. “Luego pasa a una insuficiencia renal aguda y después a una encefalopatía a nivel cerebral. Por último, en el corazón, conlleva a un paro cardiorespiratorio“.