Este reconocimiento de diferencias profundas no implica que la mesa de diálogo se vaya a suspender, sino que la firma de un acuerdo definitivo se tardará un poco más, aunque no se precisó cuánto tiempo más demandará.

Según De la Calle, el equipo negociador del gobierno espera lograr un acuerdo que garantice que la guerrilla de las Farc deje efectivamente las armas, publicó Caracol.

Eso significa que se “rompa de una vez y para siempre el vínculo entre política y armas”.

Para el Gobierno, el acuerdo que se logre no puede ser un acuerdo cualquiera. Tiene que ser un buen acuerdo, el mejor acuerdo posible para los colombianos. Porque es a los colombianos a quienes nos debemos y para quienes trabajamos desde hace tres años y medio cada día en La Habana”, .

dijo de La Calle.

El negociador de paz del gobierno señaló que existe el compromiso de parte de la administración Santos de dar garantías a las Farc para que hagan política si se desmovilizan.

Un acuerdo que permita poner fin al conflicto en condiciones de seguridad para todos. Sobre todo para los habitantes del campo colombiano y también para las Farc, que necesitan plenas garantías de seguridad. Ese es nuestro compromiso,

agregó De la Calle.

Para el Gobierno, la dejación de armas es condición para la aplicación de los mecanismos de justicia transicional y para abrir la puerta de la reincorporación a la vida civil. De igual modo, lo que se pacte sobre participación política debe estar sujeto también a la dejación de las armas. Insistimos: nunca más política con armas. Un acuerdo que implique un cese de fuego y hostilidades verificable. Que cuente con la verificación del mecanismo tripartito encabezado por Naciones Unidas”,

agregó.

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