La organización criminal se hacía llamar ‘Los selectores 2’ y según la Fiscalía era liderada por Laura Maritza Nieto Orjuela, precisamente la mujer que extorsionó a la familia del neurocirujano Carlos Fabián Herrera Merchán, que desapareció el 29 de mayo de 2017 luego de salir de un bar en la Zona Rosa de la ciudad.
“Si ustedes llegan a avisar o rastrear la llamada se desata una balacera, y se mueren todos (…) Él está bien, está comiendo bien, él está quieto en un solo sitio, pero si ustedes bloquean la tarjeta se olvidan de él”, dice una mujer en la llamada.
Un pariente de Herrera Merchán le pregunta a la extorsionista que si la familia ya entregó el dinero que les exigía la banda, entonces que por qué no lo liberan.
No obstante, los investigadores creen que para ese momento el profesional, de 28 años de edad, al parecer ya había sido asesinado, y lo que buscaban los delincuentes era mantener viva la esperanza de su familia para seguir exigiendo dinero, de acuerdo con Noticias Caracol.
Días después, el cuerpo del joven fue hallado en zona rural de la localidad de Usme, en el sur de la ciudad.
Por este homicidio, dos hombres y dos mujeres fueron capturados y enviados a prisión por delitos de secuestro extorsivo y concierto para delinquir, y entre ellos está Laura Nieto, Stefanía Rodríguez Tejada, Edwin Alberto Gutiérrez Rodríguez y John Fredy Pérez Bustos.
A Nieto Orjuela le imputaron además el delito de secuestro extorsivo agravado por el homicidio del médico, y según dijo la Fiscalía en un comunicado esta banda se dedicaba “al suministro de escopolamina mezclada con licor en bares de la ciudad para hurtar apartamentos y desocupar cuentas bancarias de sus víctimas”.
“Trabajaban en equipo, Laura los seducía pero si era un gay, era su esposo el que los conquistaba, les invitaba a una copa, les adicionaba el alucinógeno y luego en un taxi eran llevados a las casas o apartamentos de las víctimas”, señaló la fiscal del caso.
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Además, de acuerdo con el boletín, el médico fue una de las tantas víctimas de la modalidad que usaba esta organización, y en la que cayeron también “comerciantes y empresarios” que no se atrevieron a denunciar por temor a perder sus familias.
“Para desocupar sus cuentas de ahorros o corrientes, Laura los hostigaba con cigarrillos encendidos en varias partes de su cuerpo, mientras que los otros en cajeros automáticos retiraban el dinero”, agregó la fiscal.
Estas personas podrían exponerse a penas de 37 años de cárcel.
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