La exministra Cecilia Álvarez Correa aprovecha lo de Mocoa para criticar al Centro Democrático y destacar al Gobierno; el exministro Rudolf Hommes aclama lo hecho por el Presidente; Mauricio Vargas dice que la propaganda ha sido intensa, pero engañosa; ambientalistas piden mayor atención a las consecuencias de la deforestación; mientras que opositores creen que es una oportunidad para incluir al Putumayo en el resto del país.

Con lo de Mocoa queda claro que algunos políticos no están alineados con los colombianos

La columnista de El Tiempo y exministra de Transporte Cecilia Álvarez Correa está convencida de que la tragedia ocasionada por la avalancha en Mocoa, Putumayo, ha servido para demostrar que en el país algunos políticos son mezquinos ante “el dolor, la muerte y la necesidad de ayuda”.

Dice Álvarez que ellos (los políticos que presumiblemente siguen al expresidente Uribe) “voltean la mirada a la tragedia para seguir profundizando su odio, hacer daño y destruir con su egoísmo y ambición de poder. Su indolencia e insensibilidad frente al drama humano nos dejan otra lección gigante: los colombianos estamos alineados con los colombianos, pero algunos dirigentes solo con su vanidad y soberbia”, señaló la exfuncionaria del gobierno Santos.

El buen gobierno es indispensable para evitar el derrumbe del Estado

Por su parte, el exministro de Hacienda Rudolf Hommes ha expresado en su columna de El Tiempo, con un tono más oficialista que crítico, que la administración del presidente Santos ha demostrado que no ha sido inoperante para atender la emergencia en Mocoa cuando hay voluntad de los colombianos.

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Quizá por eso, dice el destacado economista, que el buen ejemplo de lo que ha pasado en el Putumayo en materia de atención, debe reflejarse en la implementación de los acuerdos de paz con las Farc:

Volver a crear a Mocoa y organizar un Estado libre de corrupción, con plena capacidad de responder a los retos que le impone el momento histórico, la oportunidad de ponerle fin a más de medio siglo de atrocidades y a una tradición de clientelismo e impotencia parcial que se remonta a la Colonia son propósitos en los que los intereses del Gobierno y la oposición, de izquierda o de derecha, deberían estar alineados. Darle plena capacidad de operar al Estado puede ser un propósito común”.

Los pasos que hay que dar para que no se repita la tragedia de Mocoa

El primero de ellos, dice el ambientalista Manuel Rodríguez Becerra en su columna de El Tiempo, es que finalmente se comprenda que existen variables determinantes que inciden negativamente en la vulnerabilidad de ciertas zonas cercanas a las rondas de los ríos.

Rodríguez sugiere terminar el Inventario Nacional de Asentamientos de Alto Riesgo, reubicar a las familias en peligro, detener la deforestación porque trae consigo consecuencias graves como el aumento de “los deslizamientos, la desestabilización del ciclo del agua y la ocurrencia de inundaciones”.

Y agrega que al Estado le falta firmeza en su política de prevención de desastres para sancionar y corregir oportunamente los errores que subsisten en los planes de reordenamiento territorial que ha sido, según él, en un foco de corrupción y desidia del Estado y los privados.

En el país no hay expertos que ayuden a estudiar y prevenir desastres naturales

Los edafólogos –especialistas en análisis de suelos– dejaron de formarse en Colombia hace 10 años dice Alejandro Reyes Posada en una columna de El Espectador. Se están reemplazando con agrónomos e ingenieros catastrales que no tiene la experticia suficiente para determinar los que se debe hacer para identificar zonas de riesgo en las cuencas de los ríos.

Advierte que esta es una debilidad que están aprovechando las consultorías privadas para sacar una tajada importante en sus pretensiones económicas. Anualmente se adelantan 60 estudios de suelos sin edafólogos y solo se han completado entre un 15 y un 20 % los análisis detallados de zonas de alto riesgo en Colombia.

¿Tiene Colombia la masa crítica de expertos en suelos para realizar la tarea? El IGAC tuvo hasta 1985 una buena capacidad para hacer estudios de suelos con el CIAF, Centro Interamericano de Fotointerpretación, con apoyo de Holanda, pero desde entonces ha ido perdiendo su capital humano de edafólogos, que la Universidad Jorge Tadeo Lozano dejó de formar hace unos diez años”.

Que la tragedia sirva para conectar al Putumayo con el resto del país

El director de El Colombiano, Francisco Lloreda, afirma que el sureño departamento de Colombia comparte características con el Chocó por la ausencia del Estado para atender las necesidades de unos 300 mil colombianos que habitan esta amplia zona del país, rica en recursos naturales pero duramente castigada por los males endémicos de la nación.

Fue territorio de Rodríguez Gacha y las AUC, y del Bloque Sur de las Farc; una disputa sin cuartel por el territorio y por los cultivos de coca, cuyo crecimiento el Estado aplacó durante un tiempo pero que se ha disparado con la suspensión de la aspersión aérea de glifosato y el auge de la coca como modus-vivendi del campesinado”, subrayó el director de ese medio.

Destaca también que en el Putumayo el 76,3 % de los habitantes vive bajo condición de pobreza y que solo el 44 % de ellos tiene acceso a agua potable y que también hay deficiencia en cobertura de vivienda, educación superior e informalidad laboral.

Agregó que el mejor homenaje que se pude brindar a las víctimas de la avalancha de hace una semana es sacar de la postración al Putumayo e insertarlo al país.

En el gobierno Santos predominan las ‘frases de cajón’

El incisivo columnista de El Tiempo Mauricio Vargas explica que el mal endémico de la actual administración estatal radica en que solo se ha dedicado a crear y vender propaganda idealista en casi 8 años de gobierno.

Este ha sido el gobierno de las frases de cajón. Y aunque por fortuna no todas han sido desmentidas por saldos fatales como el de Mocoa, es bueno recordarlas no para que la actual administración corrija –poco tiempo le queda–, sino para que sirva de lección a la que viene, en el sentido de evitar las oraciones grandilocuentes y concentrarse más bien en la gestión efectiva”, dice.

Menciona, por ejemplo, los siguientes casos:

  • “Colombia está blindada” contra la caída de los precios mundiales del petróleo.
  • “Tenemos el desempleo en un solo dígito”, pero el país lleva 2 meses con el índice de desempleo disparado sobre los 2 dígitos.
  • El país “producirá un millón de barriles diarios de petróleo”, pero en la actualidad solo llegamos a los 800 mil barriles.
  • De “las locomotoras” que impulsarán la economía solo sirvieron 2: infraestructura y vivienda.
  • “Ningún funcionario de mi gobierno ha sido acusado de recibir sobornos de Odebrecht”.