Hernández tomó la fotografía de un hombre mayor con una gorra verde y una estrella roja en un avión de Avianca que viajaba de Medellín a Bogotá el 19 de septiembre.

La esposa del senador Ramos además aseguró que “no quise montarse en el mismo avión de un guerrillero de las Farc”, pero la aerolínea se negó a dejarla bajar. El trino y la cuenta ya no existen.

El mencionado hombre en la fotografía es Fabio Vinasco, un profesor de primaria pensionado de 73 años, el cual es un simple coleccionista de gorras, como él mismo se definió.

“¿Qué les puedo decir? A mí me gustan las cachuchas, tengo muchas, por ahí unas 25”, le relató Vinasco a la revista Semana.

¿Por qué estaba ahí? El hombre indicó que se encontraba acompañando a una cita médica a su esposa Gloria en la Fundación San Vicente de Paúl, en Rionegro. Allí los especialistas les hablaron a la pareja sobre un tratamiento neurológico para la señora que podría ayudar a mejorar su calidad de vida, añadió el medio.

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Esta gorra verde con la estrella roja, la cual recuerda las usadas por Fidel Castro, el ejército chino de Mao Tse Tung, y las que varios otros grupos utilizaron hace décadas en las distintas luchas globales en la época de la Guerra Fría, fue el estigma utilizado por Hernández para acusar falsamente a Vinasco de ‘guerrillero de las Farc’.

Si bien el septuagenario no utiliza las redes sociales, su hijo Andrés fue el que se dio cuenta del hecho y le comunicó al padre lo sucedido.

“En la vida pensé yo que alguien me estaba fotografiando. Mi primera reacción fue de sorpresa y mucho susto”, indicó Fabio a Semana.

Andrés, que le había regalado esa gorra a Fabio luego de un viaje a Cuba, intentó limpiar el nombre de su padre en Twitter, e incluso increpó a la propia Juliana Hernández y al senador Alfredo Ramos que había creado el ‘hashtag’ #SanciónSocialALasFarc.

Y efectivamente la sanción social funcionó, pero en favor de Andrés y su padre, ya que la esposa del senador debió disculparse con Fabio, algo que el decidió aceptar y “cerrar el incidente”, añade Semana.

Sin embargo, Vinasco no sabe hasta donde podrá llegar la gente con esta confusión y pueda verse perjudicado por esta publicación que se hizo viral.

“Un incidente tan corriente la gente lo convierte en una fuente para atacar a los demás y no estoy de acuerdo con eso”, indicó.

“En este país de locos de pronto a una persona le da rabia, no sé qué pueda pasar. La gente no quiere entender que no soy la persona que dicen que soy, yo únicamente trabajaba en la docencia, no más”, explicó Fabio a Semana.

Sin embargo, el pensionado reconoce que no utilizará más esta gorra, al menos hasta que “se enfríen las cosas” por temas de seguridad.

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