En el norte de la ciudad el agua llegaba al nivel de las rodillas de los peatones, el servicio del aeropuerto El Dorado tuvo que ser suspendido y en algunas zonas se reportaron rayos y pérdidas de energía.

En cuanto al deprimido de la 94, entregado el pasado mes de marzo, las vías quedaron totalmente cubiertas de agua y hasta un vehículo quedó atrapado.

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Pese a que se trató de una emergencia que generó caos, los bogotanos se expresaron con humor ante esta situación.

 

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