Uprimny se refiere al anuncio de esta semana sobre la protección jurídica de los acuerdos de paz, que consiste en que los temas que se negocien con las Farc se incorporen a las normas colombianas sin que se puedan desconocer.

Esa protección jurídica ha generado molestia dentro de algunos sectores que consideran que así ya no sería necesario que los ciudadanos refrenden los acuerdos de paz.

Sobre ese asunto, Uprimny, en El Espectador, advierte: “Jurídicamente, sin ratificación ciudadana, el acuerdo enfrentaría riesgos importantes…

La Corte Constitucional podría verse obligada a invalidar las partes del acuerdo que requieran reforma constitucional; y en todo caso la Corte tendría que examinar si el acuerdo implica o no una sustitución constitucional.

“Una refrendación ciudadana elimina, o al menos reduce drásticamente, esos riegos, pues la Corte asumiría que el pueblo, que es el constituyente primario, ordenó la incorporación del acuerdo al orden jurídico, lo cual limita la intensidad del control judicial sobre el mismo”, dice Uprimny, en su columna de El Espectador.

Por su parte, El Tiempo, en su editorial, también le da importancia a la participación ciudadana respecto a lo que se acuerde: “El debate que se genere en torno al plebiscito deberá no solo conducir a refrendar los acuerdos, sino sobre todo a robustecer la legitimidad y, en consecuencia, el blindaje de la paz”.

Así mismo, El Espectador apunta a resaltar la refrendación:

El acuerdo necesita la legitimidad política que solo la refrendación directa le puede proporcionar”.

Ese diario, en su editorial, también expone cómo está la situación de la posibilidad de que los ciudadanos decidan sobre los acuerdos: “En eso seguimos en vilo, pues en La Habana no hay un acuerdo sobre el tema y además la Corte Constitucional no se ha pronunciado sobre el plebiscito…

Ahora, si la Corte decide tumbar la refrendación, ojalá las partes no usen eso como excusa para hacerle el quite a la voluntad popular”.

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