Mantener el crucifijo en la sala de deliberaciones de la Corte Constitucional es un ataque a las minorías

Así lo expresa el editorial de El Espectador al argumentar que “los espacios del Estado no pueden tener iconografía que invite a pensar que su actuar está motivado por consideraciones más allá de la ley”, porque eso “sí puede leerse como un ataque a las minorías”. El periódico pide a los 6 magistrados que votaron en favor de mantener el crucifijo, reflexionar sobre la exclusión religiosa y sobre la falta de diversidad de los integrantes de una corporación que tiene entre sus manos la vigilancia de la carta constitucional.

Empresas involucradas en carteles deben recibir la más drástica sanción

“Espero que estas compañías pidan perdón al país, pero esto no debe excluirlas de una fuerte sanción”, afirma César Lorduy en su columna de El Heraldo. Toda la opinión pública, agrega, se encuentra indignada porque no hay derecho a que hayan sometido a los colombianos a adquirir esos productos (arroz, cacao, cemento, azúcar, pañales, cuadernos, papel higiénico, servilletas) con un sobreprecio de entre un 15 % y un 60 %. “Pero el problema de verdad, el de fondo, el inhumano, es que las clases menos favorecidas de la sociedad no tengan acceso a determinados bienes, incluso de la canasta familiar, porque el precio falso, y alto, fijado por el cartel conlleva a que esos bienes sean inalcanzables”, señaló.

El virus de las superligas

Llegó a Colombia, al igual que a otros países, la idea de separar los equipos de fútbol ‘grandes’ de los ‘chicos’.  Una propuesta orgullosa y arrogante que solo responde a los intereses de los grupos económicos que financian y venden el fútbol a la afición y que no siempre piensan en el calidad del espectáculo sino en el lucro de sus bolsillos, sostiene le comentarista deportivo Iván Mejía Vélez en El Espectador. “Más vale que Federación y Dimayor les salgan de inmediato al corte a los conspiradores, que son ni más ni menos que los “patrones” —Ardilla, Char, Giraldo, Serpa, Pineda y Camargo—, y aclaren las cosas antes de que sea tarde por orgullo y arrogancia”, sostuvo el polémico periodista.

Los conservadores están entre dos aguas

Nada está más fracturado que el Partido Conservador y por culpa del proceso de paz, sostiene el analista León Valencia en Semana. Mientras sus principales dirigentes dicen que no comparten el entusiasmo por los acuerdos que se pacten en La Habana, la bancada azul votó a favor el blindaje de los acuerdos a la espera de hacer parte de la gran repartición burocrática que hará el Gobierno. Claro que esto es apenas previsible, aunque no tanto el producto de la alianza Ordoñez-Uribe-Zuluaga que espera capitalizar el descontento conservador y la aparente división para formar una fuerza única contra los acuerdos de paz que se pacten con las Farc y el Eln.

Errores médicos: Tercera causa de muerte en Estados Unidos

Anualmente mueren en ese país cerca de 400.000 personas, por lo menos esas son las cifras recogidas por la publicación ‘Hospital Safety Score’, de Washington, dice el columnista Fernando Sánchez Torres en El Tiempo. Para el comentarista “es difícil aceptar que un médico pueda ser el causante de la muerte de su paciente, así sea por error involuntario, cuando su deber, ‘prima facie’, es no hacer daño, fundamento de la ética médica”, sostiene Sánchez. Las muertes por cáncer y enfermedades cardiacas estuvieron por encima de los errores médicos. El columnista infiere que si las cosas son de esa magnitud en un país desarrollado y con altos niveles de eficiencia, es posible “suponer que también alcance cifras escandalosas”, en países más desprotegidos como el nuestro, advirtió.

La muerte lenta de la Ciénaga Grande de Santa Marta

“La agonía de la Ciénaga Grande de Santa Marta es el producto de una atroz mezcla de irresponsabilidad, desidia y corrupción empresarial y gubernamental. La Ciénaga agoniza como un trágico símbolo de un país que está arrasando con su privilegiado patrimonio natural”, argumenta Manuel Rodríguez Becerra para El Tiempo. Lo que es considerado “el ecosistema delta-lagunar más extenso en el Caribe colombiano”, está muriendo por culpa de “la  salinización del agua, ocasionada por la construcción de la carretera Santa Marta-Barranquilla y de la carretera de la margen derecha del río Magdalena, la construcción de diques que roban metros a la ciénaga y “represas ilegales de arroceros y palmeros” sumado a la sequía de los últimos meses, puntualizó Rodríguez Becerra.

La última guerra en Colombia

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