Así lo plantea la columnista de El Tiempo Adriana La Rotta, para quien al leerlos, escucharlos, en medios y redes sociales es inevitable pensar que “estamos transitando ese mismo camino del apocalipsis”.

El coro de los profetas del desastre es tan fuerte que se oye hasta aquí, preguntándose cosas cada cuarto de hora, denunciando indignado el estado calamitoso en que está todo, delatando la corrupción en que se ahoga la patria, la incompetencia sin precedentes de todos los funcionarios públicos, la politiquería aberrante, la falta absoluta de porvenir… ¿Y el proceso de paz? Un espejismo, una farsa, un engaño, una artimaña, un invento de unos cuantos para burlarse del resto, para beneficiarse de quién sabe qué manguala que han estado tramando todos estos años para ganar poder y engordarse los bolsillos”,

dice.

Para La Rotta, la realidad colombiana no es tan mala como la están pintando esos profetas, “pero nuestra imaginación sí lo es”.

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