En esa clave entienden la llegada de Jorge Eduardo Londoño al ministerio de Justicia; Clara López, al de Trabajo; María Claudia Lacouture, al de Comercio, Industria y Turismo; Elsa Noguera, al de Vivienda; Jorge Enrique Rojas, al de Transporte; Luis Gilberto Murillo, al de Ambiente, y Germán Arce, al de Minas y Energía.

Aunque El Colombiano, El Tiempo, El País y El Heraldo coinciden en que se trata de un gabinete de mayor representación regional y política, sus ‘lecturas’ tienen matices que van desde los que aprueban la decisión presidencial, hasta el que no ve más que una repetición.

Ese es el caso de El Colombiano, que reflexiona sobre el hecho de que se trata de la tercera vez que, al reajustar su equipo de Gobierno, el presidente Santos le anuncia al país un “gabinete para la paz”, por lo cual caracteriza a Colombia como una “nación de memoria corta”.

Ese diario recuerda las veces que el Mandatario ha planteado lo mismo: el 6 de septiembre de 2013, al hacer el primer gran cambio de ministros, dijo que ese sería “un gabinete de unidad para la paz”; al asumir su segundo mandato y nombrar nuevos funcionarios, expresó (12 de agosto de 2014) que el suyo sería un gabinete “para la paz, la equidad y la educación”, y ahora lo declaró de nuevo como un equipo “para la paz y el postconflicto”.

Para El Tiempo, “en la medida en que la paz estable y duradera debe construirse en clave de inclusión”, no resulta entonces gratuito que los nuevos ministros le aporten al Gobierno “diversidad en términos no solo de género, sino también de origen regional, político e incluso social”. Mejor dicho, ‘desbogotanizar’ al Ejecutivo.

Muchos más mensajes, en cambio, extrae El País, de Cali, con el ajuste del gabinete. Ese periódico interpreta que se trata de una “apertura hacia las regiones”, sobre todo porque se trata de la designación de exalcaldes, exgobernadores y funcionarios con trayectoria en la provincia. También considera que los cambios se produjeron en ministerios con poder decisorio y con presupuesto.

Otro mensaje que extrae el medio caleño es el de que  hay un realinderamiento de la composición política del poder Ejecutivo. “Al incluir a la presidenta del Polo Democrático Alternativo, la izquierda colombiana y uno de los sectores de la oposición, el presidente Santos debe estar buscando crear un consenso alrededor de su propósito de hacer la paz con los grupos guerrilleros”.

De otro lado, El Heraldo destaca la coincidencia entre el movimiento ministerial y el momento más bajo de popularidad del Presidente, “y en una coyuntura compleja en que las negociaciones de paz con las Farc se perfilan como la carta más valiosa para reivindicar su gestión”.

“El presidente ha subrayado en más de una ocasión que la paz pasa por las regiones, y en ese sentido puede decirse que el nuevo gabinete amplía claramente la presencia territorial en el Ejecutivo”, termina.

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