“En vez de ser una amenaza para Estados Unidos, los latinos salvarán a Estados Unidos de Trump”

Es la conclusión a la que llega Andrés Oppenheimer al analizar que el electorado de Donald Trump, “compuesto mayoritariamente por hombres anglosajones, no será suficiente para compensar su menor popularidad entre las mujeres y los votantes negros, y sobre todo el rechazo de los latinos”.

En esta columna publicada en El Nuevo Herald, explica: “Hasta el momento, su audiencia aplaude a rabiar las diatribas de Trump contra los mexicanos. Pero hay que recordar que hasta ahora, le ha estado hablando a una audiencia limitada de votantes republicanos conservadores que votan en las primarias. En una elección general, no será lo mismo”, y agrega que “los latinos están concentrados en los 10 estados con el mayor número de votos en el colegio electoral”, por lo que al magnate no le van a cuadrar la cuentas a la hora de la verdad.

No deberíamos preguntarnos cómo mejorar la UPJ sino si debería existir

A propósito del indignante video grabado recientemente en la Unidad Permanente de Justicia (UPJ) de Bogotá, Nicolás Rodríguez analiza cada una de las letras de la sigla y concluye que “no puede haber justicia en una unidad como esa”.

En su columna de El Espectador, señala que la (mala) experiencia de quienes han terminado una noche en la UPJ “depende de la víctima”: puede ser simplemente anecdótica, puede ser la última, como para “los habitantes de Bogotá que entran a la UPJ, pero no salen con vida. La Policía los suicida […] o “permanente” como para “los habitantes de calle o los consumidores de basuco lo único” que “entran y salen una y otra vez a espacios en donde el frío es el mismo y la cara reprobadora e higienista de las autoridades también”.

Bayern vs Atlético será más que una semifinal de Champions: se enfrentan dos maneras de entender el fútbol.

“El fenómeno Simeone ha traspasado nuestras fronteras. La irrupción del Atlético en el duopolio Madrid-Barcelona ha pasado de ser un caso pintoresco a convertirse en una realidad de alcance mundial”, pondera Jesús Gallego en su columna de As, donde resalta que los medios del mundo hoy valoran el estilo del ‘cholismo’: “intensidad, trabajo, solidaridad y, sobre todo, defensa”.

“En Italia lo tienen por un revolucionario contra el tiqui-taca que ha dominado este inicio de siglo […], pero también hay críticos, temerosos de que el triunfo de Simeone suponga una involución que ponga de moda los hábitos ultradefensivos de otros tiempos”, dice Gallego.

El columnista español concluye que “si el Atleti se mete en la final será un palo tremendo para el guardiolismo militante, eliminado tres años seguidos por equipos españoles, y supondrá la consagración definitiva del cholismo como alternativa a los súper equipos llenos de estrellas en sus delanteras”.

Con la resolución del gobierno que reglamenta el uso de bolsas plásticas, ya se escuchan voces de protesta.

La columnista Catalina Ruiz Navarro analizó para El Heraldo el cambio al que los colombianos se deberán adaptar luego de la resolución del gobierno que espera reglamentar el tamaño, calidad y distribución de bolsas en los supermercados. Esto, como un resultado del mal uso de los recursos y la falta de educación a la hora de reciclar.

Esto, lleva entonces a que se empleen nuevos métodos como las bolsas de tela, pero:

“Como las bolsas representan el 55% de la industria de los plásticos, ya se oyen las protestas. El presidente de Acoplásticos nos echó la culpa a nosotros: “La gente no deposita adecuadamente los productos luego de ser utilizados”. Y sí, admitamos que somos pésimos reciclando, pero la culpa es conjunta, en eso no hay duda, pues los productores de bolsas plásticas se lucran de nuestro descuido”.

Ruiz retomó también que: “El 29 de abril llama a un uso “racional” de las bolsas, que, si bien son necesarias en muchos casos, en otros su uso es exagerado y redundante. La prohibición de las bolsas menores a 30 por 30 centímetros parece un pequeño cambio, pero tendrá un impacto en la manera en que nos comportamos y, como mínimo, cambiará nuestros hábitos de hacer mercado”.

“No se debe olvidar que política, paz y economía deben ir de la mano. Y que, por consiguiente, el gabinete de la paz tiene que servir a propósitos económicos”.

Así lo asegura Carlos Caballero Argáez al periódico El Tiempo, donde asegura que con los diálogos de paz y el anuncio del nuevo gabinete de ministros, que de hecho juega un papel fundamental para que el proceso sea aprobado en el plebiscito, la economía del país ha pasado a un segundo e incluso a un tercer plano.

“Así las cosas, si no se hace nada, el déficit fiscal se saldría de madre, el endeudamiento del Gobierno central superaría el 50 por ciento del PIB, el país perdería su grado de inversión y, ante una crisis traumática, tocaría continuar reduciendo el gasto público y elevar los impuestos a la fuerza. Y si simplemente se reponen los impuestos actuales (riqueza, sobretasa al Cree y 4 × 1.000), el déficit no se cubriría, la deuda también se elevaría y la inversión privada caería dramáticamente; porque estos tributos son antitécnicos, desestimulan la inversión y promueven la fuga de capitales”.

 

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