Así mismo, critica el uso del tema de la bicicleta para promover agendas y militancias políticas.

“Una semana dedicada a la cicla debería poner a todos a pensar sobre lo absurdo que es convertir la movilidad en otro campo de batalla. Lo inapropiado y peligroso que es el surgimiento de bandos irreconciliables en lugar de sectores aliados por una misma causa. Esto no puede seguir avanzando hacia una guerra entre automovilistas, motociclistas, ciclistas y peatones, todos contra todos y cada vez más recalcitrantes”, dice El Tiempo.

La celebración de la jornada de la bicicleta coincide con la polémica que ha generado las últimas muertes de ciclistas en Bogotá, y señalamientos de responsabilidades mutuas de aquellos que ahora se llaman los ‘actores viales’: peatones, ciclistas, motociclistas y automovilistas.

El editorial de El Tiempo marca un contraste con dichos pronunciamientos, que han sido calificados, justa o injustamente, de sesgados a favor de un solo actor vial, lo ciclistas, o en contra de otro: los automovilistas.

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“Ojalá que los jueces sean especialmente drásticos con los automovilistas que matan y asesinan ciclistas”, dijo el alcalde Enrique Peñalosa el 12 de septiembre, luego de la muerte de un ciclista en La Calera, pronunciamiento que generó críticas.

Otro de esos pronunciamientos fue el de Eduardo Behrentz, vicerrector de Desarrollo de la Universidad de los Andes y experto en temas de movilidad, quien publicó en El Tiempo una columna en la que decía que el principal asunto por resolver era “el comportamiento (hacia los ciclistas) de los demás actores de las vías”.

El haber privilegiado este ‘asunto’ impidió que los críticos de Behrentz vieran que él identificó otros problemas claves, como la infraestructura para que las bicicletas circulen, la seguridad, la señalización y el entrenamiento de ciclistas.

Tal vez lo único que omitió Behrentz en su columna es que, más allá del entrenamiento de los ciclistas, lo que hay es una gran necesidad de cultura ciudadana para que los diferentes actores viales aprendan a convivir, muy al estilo de lo que hizo Antanas Mockus en su administración, y que no se ha visto en la actual.

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