Se llama Laura Montoya y reconoce que está viva de ‘milagro’, pues su casa fue arrastrada por la avalancha y ella quedó prácticamente sepultada entre los escombros junto a varias personas.

“Atención, Putumayo, nos estamos inundando en este momento. La quebrada de Los Pinos se ha salido y se ha entrado a las casas. Estamos transmitiendo desde unos techos”. Este fue el primer reporte que hizo Montoya en medio de la tormenta de agua y lodo. Minutos después, la corriente se la llevó.

Para ese momento, según narró a Caracol Radio, ella estaba trabajando en su computador:

Yo emitía señales, pedía auxilio. Empecé a filmar desde la cama y ahí llegó el agua, yo gritaba ‘auxilio’, pero nadie se devolvía por nadie. Subí por las paredes al techo (no sabe cómo lo hizo), pasé a la casa de enseguida, mi cuñada está atrapada ahí. Yo sé que está ahí porque la vi hundiéndose. Era el único lugar donde podíamos sobrevivir porque (era) una terraza. Nos cogimos de las manos. Le pedía a la gente que no llamáramos la muerte. La casa empezó a moverse y al piso… una niña bajo de mí respiraba. Yo pedía que me levantara para que sacaran la niña. No entiendo por qué no me pasó nada. Quedé como en un hueco. Me sacaron del pelo y solo veía un brazo de la niña…”.

Esta valerosa mujer contó a la emisora que lo más duro de toda esa situación fue el sufrimiento de los niños: “Una niña murió en mi pecho. Mi cuñado quedó en medio de dos columnas. Es algo duro, ver morir a niños que fueron arrebatados por la avalancha”.

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La reportera dijo que el sábado en la tarde volvió al sitio de la tragedia, pero que se encontró con un panorama desolador.

“Volví y encontré escombros, el olor nauseabundo, lodo…”, agregó Montoya a Noticias Caracol.

En los testimonios que entregó a medios, Montoya coincide que “las autoridades (locales) sabían y eran conscientes” de la emergencia, porque ya estaba advertida.

“Sabíamos que algo iba a pasar, pero no lo interiorizamos, no fuimos responsables como pueblo. Y las autoridades, peor”, concluye.

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