Ni la descartan ni la abandonan, porque una asamblea nacional constituyente tiene la fuerza necesaria para hacer que las reformas institucionales posteriores al acuerdo final tengan un marco legal que garantice la incorporación de los combatientes a la vida civil, respondió a Semana.

Santiago aseguró que “la Constituyente del 91 surge de un proceso de paz con el M-19 y siendo este acuerdo más trascendente para el país parecería lógico emprender esa nueva fase de la historia colombiana con un nuevo marco constitucional”.

Pero sobre todo, las Farc sostienen que los colombianos deben decidir “cuál es el nuevo marco de convivencia y de organización del Estado que quieren” a partir del cual se dictarán las reformas institucionales que permitan entrar a una “nueva fase de la historia colombiana con un nuevo marco constitucional”.

La propuesta de la constituyente, que no ha tenido el respaldo político en el ala legislativa ni en las bancadas políticas (salvo en las fuerzas de izquierda), sigue estancada a la espera de que el Gobierno pueda destrabar el marco legal para un plebiscito, aunque las Farc se inclinen por una consulta popular.

En todo caso, Enrique Santiago advierte que las Farc sí quieren que los colombianos puedan refrendar los acuerdos a través de un mecanismo válido y no cree que en plena recta final de los diálogos, la opinión de todos sea la de seguir en la guerra.

“Eso sería una tragedia política porque evidentemente eso significaría que el pueblo colombiano quiere estar otros 50 años en guerra. No contemplo esa posibilidad, no creo que eso ocurra, no creo ni siquiera que el Centro Democrático sea capaz de proponerle al pueblo colombiano que vote para que no se desarmen las FARC”, destacó.

El abogado de las Farc es optimista y aunque no anticipó una fecha concreta para la firma definitiva de la paz, cree que antes de que termine el año los colombianos vivirán una etapa inédita en la historia del país.

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