Así lo plantea el informe central de la revista Semana, dedicado al tenebroso sector de Bogotá que fue tomado por las autoridades la semana pasada.

“Esa falta de autoridad, sumada al cliché de que imponer el orden en esa zona de la ciudad era una medida clasista, incidieron en que las condiciones de degradación se agravaran”, dice la revista.
Las 3 últimas administraciones a las que se refiere la publicación son las de Luis Eduardo Garzón, Samuel Moreno y Gustavo Petro.

De hecho, la administración de Gustavo Petro no solo es reconocida por no actuar en esta zona, sino por la polémica que generó su programa para suministrar droga a los adictos.

En ese programa se crearon los Centros de Atención Médica a Drogodependientes (Camad), sitios de acogida para habitantes de calle, espacios de desarrollo personal integral y Centros de Autocuidado que atendieron a miles de personas.

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Sin embargo, el programa fue cuestionado en su momento por condiciones en las que se encontraban varias de las sedes de atención a la población y por sobrecostos en los pagos a empleados de los Camad.

La responsabilidad de la administración Petro es recalcada al mencionar que hace 3 años la Policía intentó tomar la zona… “Pero el esfuerzo de pronto se desvaneció porque la Alcaldía consideró que se trataba de una medida represiva que afectaba a los habitantes de la calle”, dice Semana.

La revista también menciona la corrupción de las autoridades, “que en muchas oportunidades actuaron como cómplices de las mafias”.

Esta hipótesis es respaldada por las afirmaciones del director nacional del CTI, Julián Quintana, que pasaron casi desapercibidas, según las cuales el operativo de toma no se había realizado antes por la infiltración (de esas mafias) en la policía y la misma Fiscalía, y que tuvieron que ser usados efectivos traídos de otras regiones del país.

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