El hecho ocurrió el 3 de febrero pasado en uno de los bares de la 116 con 19, en un exclusivo sector de rumba en el norte de la capital, cuando Daniel García y su grupo de trabajo acababan de llegar al sitio para celebrar los resultados de su gestión en la empresa de mercadeo en la que trabajan.

“Eran las 7 p.m. Íbamos a celebrar los resultados del año y dijimos tomémonos una foto. De hecho, nos tomamos varias. Segundos después, nos sentamos y una de las niñas dijo: ‘el bulto donde estaban las carteras está más bajito’”, relató Daniel a Pulzo.com.

Enseguida, se dieron cuenta de que el robo se gestó en el mismo instante en el que se estaban tomando las fotos. Por esto, revisaron los celulares con los que las habían tomado y en una de las ‘selfies’ aparece el sujeto en pleno robo y con una tranquilidad que asombra.

Pese a que solo fueron unos cuantos segundos, el delincuente se pudo robar la cartera de una de las mujeres que aparece en la foto. En ella tenía documentos, plata, gafas y cosméticos; el celular, por fortuna, lo tenía en la mano y se salvó del robo.

Según cuenta Daniel, tan pronto se dieron cuenta del robo, avisaron al bar y confirmaron que el sujeto entró y dijo que ya tenía una mesa apartada y que unos amigos lo estaban esperando. Segundos después de robar la cartera salió con una mujer, como si nada.

“Nos gustaría que lo encontraran porque en la foto se puede ver su rostro, y que la Policía actúe. También, que sus amigos lo reconozcan y vean a qué se dedica”, agregó Daniel.

Pulzo

Según cuenta, nunca les había pasado un hecho similar en ese bar, pero una de las meseras les dijo que ya se han presentado varios casos de robo por esa zona.

“Parece que hubiera una banda dedicada al hurto en ese sector”, dijo Daniel, que también alertó a las personas que asisten con frecuencia a los bares y restaurantes de la 116 con 19.

Como el hecho ocurrió hace varios días y no se pudo capturar al ladrón, la víctima tuvo que volver a sacar sus documentos y comprar los demás artículos que se encontraban en la cartera.

Como dato curioso, dice Daniel, esa noche el bar les regaló unos cocteles para mitigar, en algo, el malestar del robo.

Redacción Pulzo

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