Por tanto hablar de paz, en Colombia se están postergando otros temas tanto o más importantes

“El acuerdo de paz es una buena noticia, una noticia extraordinaria y muy bienvenida, pero Colombia debe dejar de ser un país monotemático, y enfocar sus energías en la educación y la innovación” opina Andrés Oppenheimer, exponiendo interesantes datos en El País de Montevideo.

El escritor argentino considera que el acuerdo de paz ha sido “sobrevendido” y que quizás no traerá tanta inversión como la pronosticada por el Gobierno. Para él, la pelea Santos-Uribe “ha eclipsado una conversación muy necesaria sobre el atraso de Colombia en áreas que son clave para su capacidad de competir en la nueva economía del conocimiento.

Las cifras de desempleo en Colombia no son tan favorables como las pinta el DANE

En su columna de El Espectador, José Roberto Acosta cuestiona las cifras presentadas esta semana por el Gobierno y ataca directamente al Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE):

La creación de puestos de trabajo está estancada, no solo en Colombia sino en el planeta entero; por ello, esconder la realidad no ayuda en absoluto y es más el daño que se hace”.

Acosta concluye destacando: “No conviene vender ilusiones falsas, pues de los 76.000 nuevos ocupados en el último año, todos son catalogados de subempleo, y el número de desempleados solo se ha reducido en 16.000 personas. Que el engaño no sea política de Estado, por favor”.

El Tour de Francia que comienza hoy está hecho a la medida de Nairo Quintana

“A mí me motiva Nairo, porque llega al Tour entero -lo conoce a la perfección-, con una motivación fantástica y la experiencia de haber conquistado dos subtítulos, siendo el primer y único colombiano en repetir el segundo cajón del podio”, destaca Andrés Frías Utria.

Frías argumenta que nueve de las 21 etapas “son un exquisito bom bom para el nuestro” por sus grandes condiciones de escalador.

Sin embargo, siembra una duda en su columna de El Universal de Cartagena: “¿Nairo tiene equipo para pelearle a Froome el Tour 2016? Muy pronto lo sabremos porque en esta carrera cualquier cosa puede suceder”.

“Casi siempre las religiones, el catolicismo incluido han bordeado el fanatismo y la intransigencia”

Luego de los hechos presentados en Bangladesh, donde hasta el momento se han registrado 20 muertos, el columnista Ernesto Ochoa Moreno hizo una reflexión para El Colombiano, con ayuda de su tío, el padre Nicanor Ochoa, sobre la relación entre la religión, el fanatismo y la violencia.

“Hoy el islamismo (algunos sectores del Islam, para ser también justos) ponen en jaque a la humanidad con sus desafueros en nombre de la religión”.

En una conversación, su tío dice:

“Porque la intransigencia es irracional, que sería decir que no puede ser sustentada sanamente, los intransigentes se disfrazan de cruzados que defienden causas supuestamente justas y en nombre de ellas matan y exterminan. Así nació la inquisición. Y los campos de concentración nazi y los gulags soviéticos. Y hoy el El y los terroristas suicidas. Por eso existen y han existido las guerras religiosas, la guerra, todas las guerras”.

“Aquí lo que hace falta es que nos eduquen. Que nos aleccionen en tener sentido común, por raro que suene”.

Adolfo Zableh Durán sobre la importancia de que los colombianos se eduquen, pero no solo en cuestiones académicas, pues lo que más hace falta es una educación cultural para dejar de lado la ignorancia.

“Que nos eduquen para la vida y sus minucias, quiero decir. Desde cómo se usa una escalera eléctrica hasta una glorieta, pasando por dejar salir a la gente que va en TransMilenio para después subirnos nosotros”.

También asegura que el problema es ‘el público’, que se ha dedicado a consumir contenido “basura” (haciendo referencia a la señora del video de ‘Epa Colombia), alentado por los medios de comunicación, que ofrecen al público lo que quiere leer.

Soluciones, veo dos: o nos educamos, o asumimos con altivez nuestra ignorancia. Me inclino por la segunda, que es más rápida y barata. Paremos nuestro crecimiento intelectual y terminemos de hundirnos en el charco donde crecimos

 

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