La jueza 35 penal del circuito de Bogotá con funciones de conocimiento dijo en entrevista con El Espectador que la Fiscalía, en este caso, está “enardecida por el manejo público que se le dio al proceso”.

Sus declaraciones a ese medio dejan ver la doble cara de una misma moneda que constituyen los medios para la sociedad: “Este es un país que invisibiliza a sus víctimas y solo reconoce a las engrandecidas por la presión de los medios de comunicación” dijo.

Por eso, explica que con su sentencia quiso aprovechar la atención que había sobre el caso de la niña que, el 4 de diciembre de 2016, fue secuestrada, violada y asesinada por Uribe Noguera, para visibilizar a las 15.082 denunciantes de violencia sexual y a las 122 víctimas de feminicidio que hubo en 2016, incluida Yuliana.

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En la lectura del fallo, recuerda El Espectador, Bernal Moreno no solo regañó a la Fiscalía por los otros casos que “nunca atiende” y a la representación de las víctimas porque sobreexpuso a la niña y la revictimizó, sino también a la prensa, por contribuir a las dinámicas de discriminación.

A la jueza también la sorprendió el hecho de que magistrados del Consejo Superior de la Judicatura presionaron para que, en el caso de Yuliana, se omitieran términos procesales y se le diera un trato preferente “porque los medios tenían los ojos puestos sobre el curso del proceso y porque había preocupación entre la sociedad, que tenía hambre de justicia”.

“El trasfondo de esas exigencias no era ampliar el abanico de justicia para las personas en igual situación a la víctima en este proceso, sino presionar por la producción de una sentencia en particular”, le dijo Bernal Moreno a ese medio.

La Fiscalía apeló la sentencia contra Uribe Noguera (que, exactamente, fue de 51 años y 10 meses de prisión) y pide 60 años. Bernal Moreno desestimó una de las razones por las que el ente acusador pedía aumentar la pena: la condición social privilegiada del victimario.

De acuerdo con la jueza, ese era “un punto dramático para los medios”. Según ella, la Fiscalía “estaba indebidamente recogiendo ese ánimo popular de ‘por fin castigamos a un rico… ya la justicia no es para los pobres’”.

“Hasta el último momento me voy a sostener en lo que dije”, agrega Bernal Moreno. “Para efectos del feminicidio, no importa la posición social del victimario. Puede ser rico, pobre, ilustrado, ignorante, de cualquier vinculación política, y puede seguir siendo un victimario. Estamos frente a un derecho de acto y no de autor. Yo no lo puedo castigar a él porque venga de una noble cuna. Yo lo castigo por lo que hizo”.

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