“Juan Manuel Santos sí fue, es y seguirá siendo un traidor, pero no por lo que lo acusa Álvaro Uribe”

El actual Presidente traicionó a su clase por haber llevado a buen puerto el proceso de paz, sostiene Jorge Gómez Pinilla en su columna de El Espectador. “La verdadera traición de Santos, de la que se resienten tanto Uribe como todo poderoso ganadero o empresario”, es que habrá “verdades que acabarán por destaparse”, dice, y explica que la Jurisdicción de Paz será “un escenario de sinceramiento, catártico, donde no se descarta por ejemplo el general de la República que decida confesar de quién recibió las órdenes para colaborar con los grupos paramilitares o para poner en marcha la maquinaria genocida de los ‘falsos positivos’, o cualquier otra violación sistemática de los Derechos Humanos como las que por millares hubo durante el oprobioso régimen de la Seguridad Democrática”.

Es preferible la esperanza de una paz incompleta que los deseos de los que se alimentan con la guerra

Es preferible la firma entre el Gobierno y las Farc y no la larga espera que hemos tenido para llegar a ella, dice Carlos Castillo Cardona en su columna de El Tiempo, en la que hace un listado de las razones por las que es preferible lo que pasó en La Habana: “Prefiero esta ventana a una paz recién firmada que debe construirse cada día, a estos días de secuestro, de extorsión y de amenaza; prefiero la armonía del diálogo a verlos con uniforme de guerreros, armados hasta los dientes, llenos de insignias y charreteras, de falsos honores e investidos de una autoridad ilegítima; prefiero este acuerdo y no ser el país con la guerrilla más antigua del mundo, con minas y con bombardeos de cilindros de gas; prefiero este acuerdo a continuar con los daños colaterales, los ‘falsos positivos’ y la discusión sobre las guacas que encontró el Ejército…”.

La maldita guerra que asoló a Colombia por más de cinco décadas, con  miles de muertos ¡la ganaron las Farc!

“¡Y ganaron en grande!”, insiste María Clara Ospina en su columna de El Nuevo Siglo, porque, según ella, los crímenes de esa guerrilla “fueron justificados de la manera más descarada” con la firma del acuerdo de cese el fuego bilateral y definitivo con el Gobierno de Juan Manuel Santos. “El sufrimiento de los desplazados, las pérdidas materiales del país, aun el narcotráfico que convirtió a las Farc en un cartel multimillonario, fueron declarados crímenes conexos a su actividad de ‘rebelión’. Justificados dizque  porque la guerrilla necesitaba financiación para cometer sus crímenes contra un estado democrático”, agrega. “Ganaron porque sus jefes, los que ordenaron todos y cada uno de sus crímenes, entre ellos, la bomba contra el club El Nogal en Bogotá, el cilindro de Bojayá y la siembra de miles de minas antipersonas, no pagarán ni un día de cárcel”.

El acuerdo de paz con las Farc es un evento que ha sido muy sobrevendido

Los diálogos también han convertido al país en monotemático, y se están postergando otros temas tanto o más importantes, dice Andrés Oppenheimer en una columna publicada por El Colombiano. Para él, mientras que los colombianos están debatiendo acaloradamente sobre el acuerdo, y esta discusión se va a prolongar con el tema del referendo, “el país sigue estando escandalosamente atrasado en las áreas más importantes para su futuro: la educación y la innovación”. Por eso, lamenta que el debate sobre la paz haya capturado la agenda política de Colombia en los últimos tres años. “La pelea entre Santos y su predecesor Álvaro Uribe sobre estos acuerdos ha eclipsado una conversación muy necesaria sobre el atraso de Colombia en áreas que son clave para su capacidad de competir en la nueva economía del conocimiento”.

Salida del Reino Unido de la Unión Europea desnuda realidades apabullantes como los peligros del populismo en todo el mundo

Los peligros de ese populismo amenazan no solo a los países desarrollados, sino a los que están en vías de desarrollo, advierte Marcos Peckel en su columna de El País, de Cali. Se trata de “ese populismo de antecedentes nefastos que surge nuevamente de las alcantarillas como mesías salvador, ante lo prolongado de la crisis económica que estalló en 2008, la baja tasa de crecimiento y un desempleo que no da tregua”, explica, y añade que el denominado ‘brexit’ enseña la capacidad de los líderes de acabar con sus países, y pone los ejemplos de Hitler con Alemania, Chávez con Venezuela, Mugabe con Zimbabue, Duvalier, padre e hijo, con Haití, Mobuto con Congo, Assad con Siria y así sucesivamente. “David Cameron no encaja en ese grupo, no es dictador, ni populista, sin embargo el haber convocado temerariamente a un referendo para apaciguar a unos cuantos vociferantes miembros de su partido, jugando póker con el futuro de Gran Bretaña, le pasará una pesada factura histórica”.

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