La encuesta en mención reveló que el 37 % tenía decidido salir a votar, mientras que el 63 % no lo iba a hacer o no lo había decidido.

Entre quienes ya lo habían decidido, el 62 % iba a votar por el Sí, y el 38 %, por el no.

Uno de los lugares en el que es más alto el número de personas que no va a salir a votar o no lo ha decidido es Bogotá, donde tienen un alto peso los jóvenes. En esta ciudad este porcentaje está del orden del 45 %, según mencionó la periodista Darcy Quinn, quien previamente había mencionado el 55 %. Cualquiera de las 2 cifras es muy elevada. Y es claro por anteriores procesos electorales: el voto de opinión de Bogotá decide elecciones.

Lo que creemos es que (Bogotá es) la ciudad que menos ha vivido el conflicto de manera directa. Es una ciudad donde el grupo de personas jóvenes pesa mucho más que en el resto del país, es el ‘sociodemográfico’ que menos ha sufrido la guerra. Para la campaña del Sí la mayor preocupación es que la gente salga a votar”, dijo César Caballero, de la firma encuestadora Cifras & Conceptos.

Por su parte, Álvaro García, director de Red+ Noticias, destacó la gran ironía de que los acuerdos de paz se habían hecho pensando en los jóvenes. “Cuando uno desmenuza las cifras se da cuenta de que son precisamente los jóvenes los que toman más distancia de este proceso”, dijo.

García arriesgó la hipótesis de que los jóvenes han optado por otras formas de participación, por ejemplo, redes sociales, militancia en movimientos ciudadanos, protestas…

Es claro que quienes han hecho la pedagogía de los acuerdos y promovido el Sí se han concentrado en medios de comunicación tradicionales, orientados esencialmente a público adulto, que curiosamente es el que ya tiene decidido su voto.

La encuesta define los perfiles del votante del Sí y del No, que arrojan pistas adicionales sobre dónde deberían concentrarse en los últimos días los promotores del Sí y quienes hacen pedagogía de los acuerdos.

El perfil del votante del Sí corresponde a “hombres de estrato medio alto y mayores de 56 años, de las regiones Caribe, Bogotá y Pacífica”, según Caracol.

El perfil de quienes no apoyan, los promotores del No, “corresponde a mujeres de estrato 2, y personas entre los 26 y 45 años”.

Dando a entender que conocía los resultados de las encuestas, Humberto de la Calle, negociador del Gobierno en La Habana, respondió a una pregunta de Blu Radio sobre el temor de que la gente no saliera a votar:

No hemos logrado que jóvenes urbanos entiendan que esto es con ellos. Noto cierta apatía. Finalmente, recordemos, las Farc nacen en el año 64. Nosotros, en mi generación, vimos nacer una guerrilla que tenía una bandera política, unas ideas y la utilización de las armas como telón de fondo. Un joven urbano de 25 años, de 20 años, incluso 30 años, no conoció eso. No lo ha palpado”, dijo.

Y agregó: “Son personas que nacen en un momento en que el conflicto se degradó hasta el punto del uso del narcotráfico, del secuestro. Allí hay, primero, un rechazo, que es natural, y, segundo, una sensación de lejanía: el conflicto es una cosa que ocurre en la periferia. Un joven del barrio Kennedy o de Engativá está más preocupado por conseguir empleo, y una madre soltera, pensando en una guardería para su niño. Me parece que no hemos logrado conectar el hecho fundamental del rumbo del país hacia el futuro con jóvenes urbanos que, creo, siguen un poco distraídos”.

Aunque las encuestas dan por descontado que gane el Sí, superando el umbral electoral, debería preocupar al Gobierno no haber podido llegar con sus mensajes a los jóvenes, incluso después del plebiscito, teniendo en cuenta que en las elecciones de 2018 es importante su participación para elegir al Presidente y los congresistas que se encargarán de poner en marcha los acuerdos.

En su columna de opinión en El Espectador, Rodrigo Uprimny compara el proceso colombiano con el de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

“Este plebiscito es más importante para los jóvenes pues podrán gozar más de la paz o tendrán que sufrir más años de guerra. Algo semejante ocurrió en GB pues la permanencia o salida de la UE afectaba más directamente a los jóvenes. Pero la paradoja fue que los jóvenes, que con una visión de futuro querían permanecer en la UE, votaron mucho menos que los mayores, que temerosos del futuro y nostálgicos del pasado, favorecieron la salida de la UE. Y eso tuvo una incidencia decisiva en los resultados, por lo cual muchos jóvenes británicos lamentan hoy que su apatía les haya arrebatado su futuro. Esperemos que eso no les suceda a los jóvenes colombianos”, dice.

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