La respuesta la dio al columnista de El Espectador Ramiro Bejarano, quien ideó un test para candidatos a la presidencia.
En su respuesta, Robledo no menciona ni el valor de su sueldo e ingresos anuales con prestaciones, menos aún a quién dona parte de él.
La remuneración mensual de un congresista es el 29 millones 814.275, discriminados de la siguiente forma: $6 millones 754 mil, sueldo básico; $12 millones a gastos de representación; $9 millones, prima técnica.
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Como resultado de la donación, Robledo sigue teniendo el nivel de vida de un profesor universitario.
El único dato concreto que entregó Robledo sobre su patrimonio es que “además de una herencia (2013) de una tía, posee el 3 por ciento de una empresa en liquidación, de la que recibí $36 millones en 2015”, dice.
Robledo dice no tener fincas ni propiedades en el extranjero, y que ha pasado vacaciones en Cartagena, pero en un apartamento alquilado.
Robledo también dice no tener deudas significativas, y que estas se pagan con los ingresos corrientes.
Robledo dice no tener carro, pero su hija y esposa tienen un Renault Sandero.
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