De acuerdo con García, fueron 200 los uniformados que llegaron a la vereda Vetas de Oriente en 4 helicópteros, el 14 de noviembre por la mañana, encapuchados y disparando.

“Ellos, para poder entrar, primero hicieron disparos”, declaró García en Blu Radio. “Tiraron la gente al suelo, los hicieron arrodillar, les robaron sus pertenencias, les quitaron los papeles a algunos, e intimidaron a las personas”.

También dijo que llegaron con canecas llenas de gasolina, motosierras, balines… “La verdad era que venían a acabar con todo lo que pudieran en esa vereda”, dedujo García.

Pero si bien la denuncia de García compromete a los militares venezolanos, lo que dijo de los colombianos deja varios interrogantes que aún no han sido respondidos.

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Dijo, por ejemplo, que la gente de la vereda, el mismo 14 de noviembre, fue hasta el batallón que está en El Mirador y avisaron. “No entiendo por qué el batallón no se acercó ahí, Pedimos un sobrevuelo, pero nunca llegó. Esa unidad militar queda a una hora del sitio de la incursión”.

“Nos sentimos muy solos y por eso estamos tratando de llegar a los medios de comunicación”, lamentó.

Sobre el aparente respeto que muestran los uniformados de Venezuela cuando hablan con ella, diálogo que quedó registrado en un video que García pidió grabar, dijo: “Ellos brindan ahí un respeto falso, porque ven las cámaras con que estamos grabando, porque ven que tengo la camisa puesta y un carné que me identifica de la Mesa de Víctimas. Entonces es ahí donde ellos dan respeto”.

“El coronel que habla conmigo me dice que no tenía conocimiento porque él se había quedado donde los helicópteros habían parado, que eso eran muchachos, que tenía que entender que iban con miedo porque era una zona roja”, agregó García en sus declaraciones a la emisora.

Para sacar a los militares del sitio, el 16 de noviembre, después de que ella les reclamara que habían sobrepasado la línea fronteriza, los cuatro helicópteros volvieron a hacer ocho viajes.

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