En los hogares de paso son admitidos los habitantes de la calle que cumplan ciertas normas, como tener una buena presentación personal, respetar a los demás y ser pacíficos, informó Noticias Caracol.

Además de bañarse y alimentarse, en estos albergues los indigentes pueden acceder al servicio de lavandería, recibir atención médica, realizar actividades de “recreación, cultura, deporte, valores y convivencia”, y tomar “cursos y talles en artes y oficios”, explicó la entidad. Asimismo, “se realiza la articulación para la realización de convenios dirigidos a su inclusión laboral”.

Captura de imágenes divulgadas por Noticias Caracol. / Captura de imágenes divulgadas por Noticias Caracol.
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Si una de estas personas está interesada en rehabilitarse, es trasladada a un centro de atención transitorio. Allí, se le otorga una cama para dormir y empieza a hacer parte de un programa de resocialización. 

Según el líder del refugio, Sergio Moreno, en este lugar se promueve que el habitante de la calle consiga una “autorregulación de consumo de sustancias psicoactivas” y recupere a su familia.

Fabio Andrés Aparicio, un hombre que residía en el Bronx, ahora habita en el centro de atención transitorio con su pareja. Él admitió que es difícil dejar las drogas, pero que lo ha logrado con la asistencia del albergue. “Hay momentos de crisis en cada persona por la ansiedad y la abstinencia, pero los profesionales nos mantienen ocupados”, dijo al medio.

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A aquellas personas que terminan el proceso de rehabilitación y vuelven a sus hogares, un equipo de la Secretaría de Integración Social se encarga de hacerles seguimiento.

Más de 10 mil indigentes se han visto beneficiados en los hogares de paso y centros de atención transitoria.

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