El caso ocurrió el pasado 30 de mayo cuando la mujer de 77 años, que padece Parkinson y estaba desnutrida, llegó en un vuelo procedente de México, solo con 2 cartas en el bolsillo: una para Migración Colombia y otra para la Policía.

La mujer fue enviada al hogar geriátrico Centro Bosque Popular.

De acuerdo con el relato de El Tiempo, en el acta de conciliación, luego de la demanda de alimentos contra sus hijos, se lee que el que la mandó sola desde México (y que fue el que ella no abandonó, “el que no sufrió su desprecio”), Óscar Rodríguez Flórez, dijo que dentro de 3 meses podrá asumir una cuota mensual de 100 mil pesos, porque no tiene legalizada su situación migratoria y no puede trabajar.

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El otro hijo, Germán Ortiz Flórez, se comprometió con 300 mil pesos, lo que el periódico califica de un esfuerzo, precisamente, por su condición de abandonado. “Este hombre de 51 años es menudo en talla, pero inmenso en bondad”, dice.

“Pienso que es muy difícil decirlo, pero mi mamá tuvo sus errores. Ella no me crió por cosas que solo ella sabe, pero no puedo hacer nada, ya pasaron 50 años… qué pena con mi mamá, pero mira la vida cómo es: el hijo que ella crió la botó a su suerte”, dice Germán (citado por El Tiempo), quien fue criado por su abuela paterna en Tumaco.

Ligia tuvo otra hija, que vive en Cali, y que también fue abandonada, y no aparece asumiendo ninguna responsabilidad con la anciana. Tanto el hermano de México como el de Tumaco tienen apellido paterno diferente.

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