Puede haber grupos de interés detrás de las encuestas que quieren posicionar unas posturas muy específicas  y eso podría explicar las diferencias tan pronunciadas  entre unas encuestas y las otras”, comentó el analista político y excongresista Fernando Giraldo a Noticias Uno.

Al respecto dijo:

Teniendo en cuenta que no estamos en una campaña abierta por el sí o por el no, esa diferencia refleja que pueden haber problemas de carácter técnico (…), de contexto,  o que hay intervención política”.

No obstante, Giraldo también explica que las encuestas no habrían sido estructuradas bajo los mismos parámetros técnicos (como la formulación de las preguntas) y que además los colombianos pueden ser tan ambiguos en sus respuestas que pasan “entre el sí y el no de un día para otro”, señaló Giraldo al noticiero.

Sin embargo, eso no explicaría la complejidad del fenómeno porque hay que ver en detalle quiénes son los ordenadores de los sondeos y tantos datos diferentes entre sí podría ser una confusión intencional, señala el noticiero.

Por ejemplo, la encuestadora Conecta, contratada por la Presidencia de la República, suscribió a favor del “sí” al 65 % de sus encuestados, mientras que el peor índice corresponde Ipsos – Napoleón Franco, ordenada por Semana y RCN, con un 39 % a favor del “sí”.

El Centro Nacional de Consultoría divulgó que el 74 % de los colombianos encuestados está dispuesto a apoyar el “sí”, pero el sondeo de Datexto muestra solo que el 27 % de los preguntados está dispuesto a apoyar el plebiscito por la paz.

La analista política de la Universidad Javeriana, Patricia Muñoz, atribuye las grandes diferencias a posibles errores de medición ya que es “común encontrarse con preguntas sesgadas, mal construidas (…), que insinúan respuestas (…), que levantan prejuicios o que son confusas”, explicó en un artículo publicado en Razón Pública en abril de 2014.

Pero también advierte sobre el enorme poder que tienen los medios de comunicación para difundir resultados y construir percepciones o representaciones, especialmente entre los más indecisos porque estos suelen inclinarse por el porcentaje ganador o solidarizarse hacia el perdedor, apuntó Muñoz.

Por lo tanto, los resultados suelen ser usados por los bandos políticos enfrentados para consolidar sus discursos, sin que esto pueda ser objeto de algún tipo de regulación pese a que los encuestadores están obligados a emplear las mismas técnicas de levantamiento de información, presentar la documentación requerida y a identificar con claridad quiénes son los ordenadores de los sondeos.

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