La mujer llegó el pasado vienes desde España —donde reside hace 8 años— a visitar a Rodríguez, a quien le había encargado el cuidado de su vivienda y le había ofrecido el lugar para que viviera. Sin embargo, tocó insistentemente a la puerta y ninguno le abrió, confirmó una fuente judicial a Pulzo.

La dueña de la casa contrató a un cerrajero, ingresó al lugar y encontró el cadáver en la habitación principal, junto a la cama y tapado con unas sábanas. Esto, de acuerdo con la versión de una vecina del barrio Claver a City Noticias:

“Cuando iban a abrir la puerta principal, el cerrajero le dijo a la señora que parecía que alguien estaba adentro. El cerrajero rompió el vidrio, abrieron la puerta, subieron al segundo piso y había cobijas en el piso. La señora movió con la escoba y ahí vio la mano del señor”.

La Sijín de la Policía hizo el levantamiento del cadáver que estaba en alto grado de descomposición y casi irreconocible, agregó la fuente.

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Lo que llama la atención de este caso es que ningún vecino del barrio Villa Claver se percató de la ausencia de Rodríguez, ni percibió el olor que emite el cadáver. Tampoco, familiares o amigos se acercaron a preguntarlo en la vivienda, en la que residía hace 8 años, o instauraron una denuncia por su repentina desaparición.

La única información que obtuvo el noticiero fue que “la última vez que Maximiliano fue visto estaba sacando unas fotocopias para el trámite de su pensión”.

Mientras tanto, los restos permanecen en Medicina Legal, que determinará las causas de la muerte del hombre.

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