Durán, en diálogo con Noticias Caracol, dijo que fue una experiencia inolvidable pese a que tuvo que correr en varias ocasiones detrás del papamóvil.

“Obviamente no los corrimos todos, pero sí fueron 130 kilómetros de mucha tensión para que todo el pueblo de Colombia pudiera disfrutar de la visita de su santidad”, explicó el oficial en el noticiero.

Según contó Durán a ese medio, durante las maratónicas jornadas también hubo tiempo para dialogar con el papa, y la mejor recompensa fueron sus sabios consejos:

“Nos saludara, nos diera unas palabras de aliento, de amor, de acompañamiento, para que continuáramos en nuestra labor (…) ‘No se le olvide, recen por mí’: nos llenó de mucha emoción, como a todos los feligreses”.

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El oficial explicó, además, que todo el equipo de seguridad, liderado por el general Julio César González, sintió la partida del pontífice, aunque la alegría por el deber cumplido terminó por llenar ese vacío.

Y es que el estado físico de estos ‘hombres de negro’ llamó la atención ya que en varias oportunidades se les vio a toda carrera detrás del papamóvil, un reto bastante agotador si se tiene en cuenta que iban vestidos de traje, con zapatos formales y portando armamento.

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