Así lo plantea el experto en urbanismo Alex Warnock-Smith, en The Guardian, al referirse a Medellín sin tugurios’, el proyecto de barrio para pobres creado por Pablo Escobar.

Ese programa, que a la postre creó problemas, “fue el primer esfuerzo para hacer un cambio por los pobres desde adentro”, dice Warnock-Smith.

Sin embargo, Escobar radicalizó y militarizó a los pobres al punto de que los llevó a una especie de guerra civil contra los otros ciudadanos, comenta el experto, y agrega:

El legado de Escobar, en términos de planeación, fue la transformación del espacio dividido entre territorios formales e informales, entre ricos y pobres, en una violenta oposición de territorios”.

Así que cuando Medellín ya se había convertido en la ciudad más peligrosa del mundo, “la necesidad por un cambio fue urgente, y tal vez solo tales condiciones extremas podrían haber conducido a este tipo de experimentación radical urbana”, señala el analista.

Para sustentar esa idea, Warnock-Smith cita a la arquitecta Catalina Ortiz, que trabajó en un plan estratégico de Medellín, desarrollado por la alcaldía:

Para mí, 1991 fue un punto de inflexión para todo el país. Fue el peor y el mejor momento: un momento de completa crisis y un momento de esperanza… Todos sentían que no se podía poner peor. Teníamos que hacer algo”.

Los proyecto para reformar Medellín, creados en 1995 y 1999, hicieron que la planeación participativa se convirtiera “en una cuestión clave de la equidad social”, explica Ortiz.

Posteriormente, surgió la figura de Sergio Fajardo, cuya alcaldía es destacada por Warnock-Smith como un periodo de tiempo en el que muchos cambios, que involucraron directamente a la población de las comunas, se llevaron a cabo.

“En la transformación de Medellín también fue clave una actitud hacia el urbanismo como herramienta para promover la movilidad social y la equidad, un proceso en el que los habitantes de las comunas se volvieron clientes, participantes y grupos de interés en la ciudad, con la oportunidad de construir su propio destino”, resalta el experto.

Este artículo que publica The Guardian sobre Medellín es el número 42 de una serie de informes especiales sobre distintas ciudades del mundo.

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