El jefe del equipo negociador del Gobierno con el Eln, Juan Camilo Restrepo, envió una carta a la revista Semana a propósito de una entrevista a Nicolás Rodríguez, alias ‘Gabino’, y ‘Antonio García’, alias de Eliécer Chamorro Acosta, en la que insisten en seguir secuestrando.

Pese a que las partes acordaron en Quito el respeto al Derecho Internacional Humanitario (DIH), que prohíbe el secuestro, García señaló en la entrevista que lo seguirán haciendo porque es parte de su naturaleza como grupo insurgente.

“El DIH prohíbe la toma de rehenes, que es cuando se usan escudos humanos. No habla de secuestro ni de la privación de la libertad. Nosotros hacemos privación de la libertad. Se puede decir que eso es monopolio del Estado, pero como nosotros somos rebeldes eso es parte de nuestra naturaleza”, señaló García, negociador del Eln.

El artículo continúa abajo

Al respecto, Restrepo señala en su carta: “En este contexto queremos ser claros en nuestra visión sobre el secuestro, un crimen que aun el Eln practica y que para el Gobierno es la medida humanitaria prioritaria, cuya posición difiere de la que expresa el Eln en las entrevistas”.

Restrepo recuerda que el secuestro de civiles no combatientes está “rotundamente prohibido en un conflicto como el colombiano, que enfrenta a un grupo alzado en armas con un Estado legítimamente constituido como el colombiano”.

El jefe negociador del Gobierno colombiano reitera que el Gobierno está decidido a llegar a un acuerdo para el fin del conflicto con el Eln y que “mediando la voluntad política, el tiempo que queda de esta administración es suficiente para concretar la tarea”.

“Gabino” expresó en la entrevista con Semana que por las dificultades del proceso en el Eln piensan que no alcanzan a culminar el proceso durante el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que concluye prácticamente en un año, el 7 de agosto de 2018.

Restrepo asegura que en el transcurso de las negociaciones de paz le ha planteado al Eln estudiar “un eventual cese al fuego bilateral con este grupo alzado en armas, siempre y cuando dicho cese al fuego, además de ser serio, sea creíble y verificable”.

Esa discusión debe estar acompañada de “un cese simultáneo de hostilidades contra la población civil no combatiente, para dejar por fuera de la confrontación armada a los civiles y así concretar la voluntad de avanzar hacia la superación de la violencia”, añade.

Con EFE