Ese gobierno de transición, continuó Londoño, debería estar integrado por “todas las fuerzas y sectores que han trabajado sin tregua por ello”. Reiteró que las Farc confían en tomar “parte activa, en plena legalidad en los ya próximos debates y justas políticas”.

“Se pasó del acuerdo final al definitivo”, dijo, y recordó que la mesa de negociación de La Habana tuvo apoyo comunidad internacional; la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos, el Vaticano, la Celac y los países acompañantes (Venezuela y Chile) y los garantes (Cuba y Noruega).

Expresó su solidaridad y admiración por los miles de compatriotas que salieron a las calles a exigir la paz. “El pueblo está harto de violencia, de intolerancia de estigmas y señalamientos; quiere cambios profundos de las costumbres políticas que es la corrupción, la mentira y el engaño”, añadió.

Afirmó que la “primera demanda nacional” es que se ponga fin al uso de las armas en la política. “Con este acuerdo no se deponen posiciones ideológicas, políticas o de conciencia; solo ponemos fin de manera definitiva a la guerra para confrontar civilizadamente las contradicciones”, remarcó. “Por eso reclamamos su implementación pronta y eficaz [de los acuerdos]”.

“Que la palabra sea la única arma de los colombianos”, dijo el líder guerrillero. Y trazó una línea del tiempo con la que recordó que para alcanzar la firma del acuerdo definitivo los colombianos han vivido más de siete décadas de violencia: “Medio siglo de guerra abierta, 33 años en proceso de diálogos, un lustro de debates en La Habana, el desencanto del pasado 2 de octubre y el más histórico esfuerzo por conseguir el mayoritario consenso de la nación”.

Londoño también saludó la elección de Donald Trump en la presidencia de Estados Undios y dijo que aspiran a que su gobierno pueda jugar “un destacado papel en beneficio de la paz mundial y continental”.

Esta vez, el jefe guerrillero habló de “petición de perdón” (y no de ‘ofrecimiento’ de perdón, que en la ceremonia de Cartagena provocó varias críticas) por las consecuencias que para las víctimas hayan podido provenir de sus manos.

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