El organismo anunció este miércoles en un comunicado que los repuestos que adquirió la Fuerza Aérea Colombiana, en julio de 2015 para aviones Casa C-212-300, “presentaban desgaste, corrosión, abolladuras y maquillado de piezas”, y que en lugar de cambiarlos por unos nuevos el contratista los devolvió “para ser objeto de mantenimiento, y aun así resultó que no eran aptos para las aeronaves”.

“Pese a que la FAC solicitó al contratista la ‘aceptación de garantía y cambio de elementos lo más pronto posible’, este en lugar de efectuar el cambio de los trenes de aterrizaje realizó una operación de ‘Overhaul’, es decir, un mantenimiento de los elementos”, explicó el órgano de control.

La Contraloría dijo que inició la investigación por solicitud del segundo comandante y Jefe de Estado Mayor de la FAC, general Luis Ignacio Barón, ya que encargados del almacén de la institución recibieron los repuestos sin siquiera advertir del estado en el que se encontraban.

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A partir de estos hallazgos, la Contraloría advierte que se puede concluir que los trenes de aterrizaje que compró la Fuerza Aérea “no fueron los que se solicitaron inicialmente, lo que constituye un presunto daño al Patrimonio Estatal, toda vez que esta situación no se verificó desde que fueron recibidos, sin percibirse en ningún momento la intervención de la Supervisora del contrato, ignorando las funciones atribuidas por la Ley 1474 del 2011, lo que trajo como consecuencia que en este momento dichos elementos se encuentren almacenados sin cumplir con la función para los que fueron adquiridos”.

Así las cosas, la Contraloría anunció que abrirá un proceso de responsabilidad fiscal y que vinculará “al técnico aeronáutico” que debía inspeccionar directamente los elementos adquiridos por la FAC, a la supervisora del contrato que firmó la Agencia de Compras de la Fuerza Aérea y al director de Procesos Logísticos (comandante del Escuadrón de Abastecimiento), ya que este fue el que “dio el aval” para hacer uso de la garantía técnica.