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La declaración la hizo Francisco Uribe Noguera, hermano de Rafael, a la revista Semana, en una entrevista en la que, palabras más, palabras menos, reproduce lo que ya le dijo a la Fiscalía, según la versión que en días pasados reveló la periodista de Caracol Radio Darcy Quinn.

“Lo que nos sucedió a mí y a mi familia es algo para lo que creo que ningún ser humano está preparado. Uno va descubriendo gradualmente una realidad cada vez más horrible sin entender. Entonces todos los que creen que uno puede actuar con una lógica racional en ese momento no han vivido lo que hemos vivido. Uno se da cuenta de que se trata de una tragedia que va a cambiar la vida de mucha gente. Uno enfrenta una sensación de shock y confusión, y no tiene ni idea qué hacer”, dijo Francisco Uribe Noguera a Semana justificando su silencio ante las autoridades.

Rafael le confesó a Francisco, cuando iban camino a la clínica psiquiátrica Monserrat, que había matado a la niña y que había ocultado el cadáver bajo el jacuzzi, pero le dijo que la muerte había ocurrido en el carro, hecho que luego se comprobó que no era cierto.

A pesar de la confesión, Francisco Uribe Noguera habló con el Gaula de la Policía para informarle que iban camino a la clínica, pero no mencionó nada de lo que su hermano le había confesado.

Este vacío en la información suministrada a la Policía se une a la acusación que hizo la Fiscalía en el sentido de que ‘terceros’ habrían alterado la escena del crimen, por lo que está investigando a Francisco Uribe Noguera, un reconocido abogado, y su hermana Catalina.

Pero no es la única omisión. El Espectador pregunta: ¿Por qué no denunciaron justo cuando se enteraron dónde estaba Rafael? ¿Y por qué, si ingresaron al [edificio] Equus 66, esperaron hasta la noche para informarle a la Policía la ubicación del apartamento donde estaba el cuerpo de la niña?

Una de las hipótesis es que los hermanos estuvieron mucho tiempo en el apartamento, por lo que podrían haber alterado la escena del crimen.

Pero Francisco Uribe Noguera asegura que durante su permanencia en el apartamento, que no duró más de una hora, él ni su hermana vieron el cadáver de la niña.

“Nunca lo vimos. Se nos ha acusado de haber alterado la escena del crimen, de haber lavado el cadáver de la niña, de haberle echado aceite para borrar las huellas y, además, de emborrachar y drogar a mi hermano. La verdad es que ni Catalina ni yo ni siquiera vimos el cadáver de la niña”, dijo Francisco Uribe Noguera a la revista Semana.

Varios analistas creen que detrás de muchos detalles del crimen,  y su posterior descubrimiento, hubo asesoría legal.

El columnista y abogado Ramiro Bejarano, por ejemplo, preguntó qué penalista asesoró a familiares de Rafael Uribe Noguera.

“Difícil creer que en este asunto del crimen de Yuliana no hubo uno aconsejando qué hacer… La justicia tendrá que definir hasta dónde llega la labor de asesorar a alguien y cuándo se cruza el umbral de empezar a delinquir. No es lo mismo ser asesor que cómplice”, dijo Bejarano.

Por eso, hace unos días, el abogado Juan David Riveros, que asesoró en las primeras horas a Francisco Uribe Noguera, apareció en W Radio para aclarar el alcance de su asesoría, y sostuvo que esta no tuvo nada que ver con sugerir la alteración de la escena del crimen, ni que drogaran al hermano para poder alegar inimputabilidad por su estado mental.

La primera consulta que le hizo Francisco Uribe Noguera, según Riveros, tuvo que ver con el hecho de que el carro en el que supuestamente había sido transportada la niña aparecía todavía a nombre de la esposa de Francisco Uribe Noguera; la segunda, con la conveniencia de llevar a su hermano a la clínica Monserrat; y la tercera, cuando llegan a la clínica, para contarle que su hermano le confesó que la niña estaba muerta.

Riveros dice que fue a la clínica y allí le manifestó a Francisco Uribe Noguera que no podía asumir el caso, y le recomendó que le informara a la Policía todo.

Interrogado sobre quién podría tener el conocimiento para sugerir cómo alterar una escena del crimen, Riveros dijo que ese no era un abogado, sino probablemente un criminalista.

Sobre la presunta modificación de la escena del crimen, en particular el hecho de que la niña fue encontrada cubierta con aceite, supuestamente para borrar huellas, Francisco Uribe Noguera dijo que untarse de aceite era una costumbre de su hermano, y que aportaron correos electrónicos a la Fiscalía en los que se prueba que una novia terminó con él (Rafael Uribe Noguera) porque por hacerlo le dañó toda la ropa.

El pasado como abogado de Francisco Uribe Noguera, en la firma Brigard & Urrutia, ha hecho que incluso los periodistas dejen un manto de duda sobre su versión de los hechos.

El equipo de W Radio recordó, por ejemplo, lo que llamó una frase desafortunada con la que él explicaba la acumulación de baldíos en el Vichada por parte de los ingenios azucareros (a los que representaba), y que supuestamente estaban destinadas a los campesinos sin tierra: esas eran “actuaciones de abogados sofisticados” para poder favorecer a sus clientes.