Así lo informó Noticias Caracol, que recordó que el homicidio del joven de 18 años ocurrió el 26 de septiembre de 2013 a las afueras de una panadería en Soacha, en medio de un intercambio de disparos.

La abogada del caso, Myriam Pachón, confirmó la acusación al noticiero:

“Afortunadamente, hoy se logró hacer la acusación, donde hay más o menos un promedio de 42 testigos y unos 32 elementos materiales probatorios que se convertirán, próximamente, en prueba”.

Los policías están libres y siguen vinculados a la institución porque “no fueron capturados en flagrancia y aún no hay una condena en su contra”, explicó el informativo.

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Ambos insisten en que los hechos se presentaron cuando enfrentaron a la víctima para evitar que robara en el establecimiento.

“La Fiscalía, en la misma acusación, indica que hay 2 testigos independientes que observan a la persona (Olivero) accionar su arma de fuego en contra de los policías”, manifestó el abogado de los patrulleros, Guillermo Alberto Ortiz, al medio.

Pero los familiares de Olivero aseguraron que el patrullero Núñez y su hijo se conocían y no tenían una buena relación.

“Según la familia, la víctima tenía problemas personales con el patrullero Núñez”, indicó Noticias Caracol.

Por su parte, su padre, Arsenio Olivero, dijo que los uniformados lo mataron a sangre fría:

“Llegaron los patrulleros y le dispararon, de una vez. Cuando mi hijo estaba botado en el piso, el policía le pegó un tiro en la cabeza”.

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En el incidente, además, un hombre, Juan Capera, resultó gravemente herido. Actualmente, está parapléjico.

“No siento las piernas ni los dedos. Mi vida está acabada”, aseveró.