Fueron 30 hombres adscritos al Centro de Operaciones de la Brigada 13 de Bogotá los que fueron interrogados por expertos en contrainteligencia militar, para determinar cómo se produjo la filtración de un documento que informaba sobre sobre el “indicio” de un ataque terrorista en la ciudad, informó El Espectador.

Por ahora, se espera que el Comando General del Ejército determine quiénes serían los sancionados por permear un informe que originó “incertidumbre y desinformación” entre la opinión pública.

No obstante, las miradas están fijas en el despacho del el mayor Gerson Molina Cortés, que habría enviado el radiograma a la Policía Metropolitana de Bogotá, la Armada Nacional y la Fuerza Armada siguiendo, al parecer, el protocolo regular para este tipo de documentos secretos, agregó el diario capitalino.

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