La decisión de Zuleta se precipitó después de que este domingo dedicara su columna en el diario capitalino a atacar la red social. Dos semanas atrás también había descalificado a Twitter.

“Me pasa, por ejemplo, que todas las mañanas escribo buenos días y aparecen los resentidos a insultar con toda clase de agravios que no vale ni la pena repetir”, escribió Zuleta. “Son esos los que a diario me quitan varios minutos, pues los bloqueo. Y lo hago porque siempre he creído que el Twitter es de uno, como nuestra casa, a donde solo dejamos entrar a quien nos da la gana”.

“Entiendo, pero no justifico, que hay miles o tal vez millones de personas que tienen, literalmente, una vida de mierda, por lo que hacen o, precisamente, por lo que no hacen. Esos son los que más insultan”, agregó.

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En otra afirmación que después levantó ampolla, Zuleta dijo que Twitter les hace creer a algunos que “pueden hablar con uno por el solo hecho de ponerle el @ y el nombre, y que eso los deja en igualdad con uno para hablar de tú a tú. Pues así les suene antipático y discriminatorio, no lo están. Twitter no les da lo que natura les negó”.

Y este lunes confirmó en Blu Radio que cerró su cuenta en Twitter, en donde alcanzó a tener unos 240.000 seguidores. Sigue en Instagram y en Facebook, a las que calificó de redes “amables”.

Insistió en que esa red social le parece una “cloaca” y no la considera un medio de información importante. “Usted no se imagina la tranquilidad que da no tener que leer tanta basura”, dijo, y reafirmó su tesis: “Twitter es como la casa de uno: usted invita a su casa al que le dé la gana. Yo cerré el apartamento porque algunos de los invitados se cagaron en el [tapete] persa”.

Reconoció, finalmente, que aunque tuvo muchas amenazas contra su integridad y su vida, “jamás” fue calumniado, y que “hay tuiteros que son constructivos, divertidos, inteligentes, talentosos, culturales… Pero no son la gran mayoría”.

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