Pérez expuso los casos de Yondó, una alta circulación de menores y mujeres, de la zona urbana a la zona de preconcentración, y de Dabeiba, en donde, según él, hay guerrilleros que salen al pueblo a tomar whisky.

“Los alcaldes están asustados, y cada vez hay más inconvenientes porque no hay quién verifique lo que están haciendo los guerrilleros. Se está creando en Antioquia un caos como si no tuviéramos gobierno”, se quejó en La F.m., y dijo que por eso pide al Gobierno Nacional que los deje verificar a ellos lo que ocurre en las 11 zonas de preconcentración que hay en Antioquia.

Sin embargo, el alcalde de Yondó, Gilbert Cartagena Rojas, desmintió en Caracol Radio al gobernador Pérez y dijo que hacia la vereda San Francisco, en donde queda una punto de preagrupamiento temporal, no ha habido aumento de movimiento de personas.

“Yo doy a conocer que hasta el día de hoy no tengo información precisa de ninguna institución ni comunidad frente a esos temas”, dijo el alcalde en la emisora, y explicó que los campesinos le han manifestado que el movimiento de personas hacia esa zona es el normal y que no corresponden a personas extrañas.

Victoria Eugenia Ramírez, secretaria de Gobierno de Antioquia, denunció que, de acuerdo con veedurías ciudadanas, personería y comunidades, en la vereda La María, de Yondó (Antioquia) hay un tránsito continuo de menores de edad al sector donde se encuentran los guerrilleros, y que podría tratarse de un caso de explotación sexual.

El integrante de las Farc Marco Calarcá dijo en Caracol Radio que es “una infamia que no tiene medida”, y aseguró que ellos están cumpliendo con su parte en el proceso.

“No se dice nada de que hay muchas visitas familiares y de pronto están confundiendo ese pueblo humilde con prostitutas. Es una situación que se da normalmente en diciembre en nuestros campamentos: las familias buscan a los guerrilleros y guerrilleras para saludarse por la cultura y la tradición decembrina”, dijo Calarcá.

“Queremos expresar que esas declaraciones del gobernador y de la secretaria de gobierno de Antioquia son una afrenta al proceso. No es una ofensa a las Farc únicamente. Eso se dirige como un proyecto robusto hacia atacar el proceso de reconciliación de la familia colombiana”, agregó.

Advirtió que nada está fuera de control. “Nosotros sabemos qué es lo que está pasando en nuestros campamentos en los puntos de preagrupamiento temporal”.

También sostuvo, sobre las denuncias de posible ingesta de licor y fiestas en esas zonas, que eso puede ser posible. “No me parece que sea una contravención ni siquiera a las normas de la moral pública. En todo el país, en casas, en fincas, en oficinas la gente se reúne en esta época y se toma un par de tragos y baila una música”.

Aseguró que no van a recibir en sus campamentos visitas de la Gobernación de Antioquia. “No aceptamos esa visita, rechazamos su presencia en nuestros campamentos. No tenemos absolutamente nada que hablar con la gobernación de Antioquia, porque su odio y rencor no ayuda a construir, y estamos en momentos de edificar la reconciliación”.

Jairo Quintero, otro miembro de las Farc y jefe de la zona de preagrupamiento de San Francisco, dijo: “Nosotros llegamos allí cumpliendo todas las normas, citamos a la junta de acción comunal, les explicamos las razones de nuestra estadía allí, citamos a la alcaldía, que no quiso hacer presencia; citamos también a la personería, que asistió, y constataron que allí no ha ocurrido ninguno de esos hechos”.

Y concluyó: “Consideramos que esas falsas acusaciones son una afrenta para todos los pobladores y particularmente para las mujeres de San Francisco, y para todas las guerrilleras y las mujeres familiares de los guerrilleros, que son los que han estado llegando allí”.

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