Se busca establecer si tal vez, como puede ser una hipótesis, en este homicidio no solo participaron los carteles sino si hubo connivencia de agentes del Estado y, en concreto, si pudo haber proyectiles o balas provenientes incluso de la misma escolta del señor exministro”,

manifestó a periodistas el fiscal encargado, Jorge Fernando Perdomo.

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Lara Bonilla, ministro del presidente Belisario Betancur (1982-1986), fue tiroteado en una avenida de Bogotá por sicarios del cartel de Medellín que se movilizaban en una motocicleta, según las investigaciones de las autoridades.

Sin embargo, el entonces director del Instituto de Medicina Legal, Máximo Duque, consignó sus dudas sobre la muerte de Lara Bonilla en un informe tras los primeros estudios de la necropsia.

La versión oficial indica que Lara fue asesinado por orden de carteles del narcotráfico, pero las hipótesis mencionadas en el libro “El asesinato de Lara Bonilla: la verdad que no se conocía”, que publicará próximamente el periodista Alberto Donadío, señalan que pudo haber complicidad de agentes del Estado encargados de la seguridad del ministro.

Entre los asuntos que generan dudas está la trayectoria de los disparos recibidos por Lara, así como el hecho de que varios tiros hechos a corta distancia hayan impactado en el asiento de su conductor sin causarle heridas, según medios locales.

Perdomo indicó a periodistas que pese a que ha pasado el tiempo, el ente acusador continuará investigando estos hechos.

Sin duda, es una vergüenza para la Justicia colombiana que 32 años después nosotros sigamos investigando, pero el país, la familia y la memoria histórica merecen saber lo que realmente sucedió”,

afirmó el fiscal encargado.

La diligencia de exhumación de los restos del exministro, que se realizó en el cementerio Los Olivos de la ciudad de Neiva (sur), fue ordenada por un fiscal adscrito a la Dirección Nacional de Análisis y Contextos para resolver dudas sobre la trayectoria de los disparos.

Desde que el caso de Lara Bonilla fue declarado de lesa humanidad en 2012, la Fiscalía ha decretado más de 50 pruebas y diligencias que se están practicando, dentro de las que se incluye esta exhumación.

Lara Bonilla llegó al Ministerio de Justicia en agosto de 1983 y desde ese momento se caracterizó por perseguir a los narcotraficantes del Cartel de Medellín, liderados por Pablo Escobar.

Por el asesinato del exministro fue condenado Byron de Jesús Velásquez, quien conducía la motocicleta y cumplió una pena de 10 años de cárcel, mientras que Iván Darío Guisao, quien disparó contra el ministro, murió en la escena del crimen.

Con EFE

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