Todo porque su colegio —la Institución Nicolás García Bahamón del corregimiento Sierra del Gramal— fue demolido. Desde ese momento, hace 8 meses, los menores permanecen a la deriva y en aulas de clases inadecuadas, donde en algunas durante las noches venden bebidas embriagantes, de acuerdo con Caracol Radio.

Lo peor de la situación, y por lo que los estudiantes han tenido que dividirse para recibir sus clases en esos sitios públicos, es que las obras de construcción, que debían empezar en noviembre pasado, no han comenzado, señaló Noticias RCN.

El rector de la institución Jorge Enrique Molano habló con el Diario del Huila y le explicó:

“Las paredes [del colegio] se habían deteriorado demasiado y había peligro de que se cayeran encima del alumnado y docentes, y se tuvo que demoler. El Ministerio de Educación intervino, estaba presupuestado y todo listo para que empezaran a construir, pero no sé qué sucedió y no han empezado a construir el colegio”.

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Pero si las obras comenzaran antes de que se termine este mes, aún, así los alumnos deberán seguir asistiendo a la gallera, discoteca y cárcel del municipio, porque las obras tienen una duración de 9 meses.

Esta situación alarma a los padres de familia, pues consideran que los lugares no son aptos y significan un peligro para los menores de edad. Esto, según manifestó al noticiero Argenso Salazar:

“Los tienen estudiando en una gallera, cuando estas no son las condiciones adecuadas para ellos. Suelen amanecer gallos muertos y botellas rotas de bebidas”.

Además, los estudiantes también le dijeron al informativo que se sienten afectados porque “no estamos recibiendo clases en aulas aptas para nosotros”.

Se espera que la Alcaldía de Tello tome cartas en el asunto y garantice a los menores una educación digna.

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