Por esa razón, le convenía más no darle su bendición a los acuerdos.
“Ante esa realidad, (el presidente Juan Manuel) Santos no tenía opción diferente que seguir adelante sin los del No”, dice la revista Semana, que agrega que la decisión de  dejar la refrendación e implementación en manos del Congreso es “una fórmula jurídicamente válida, pero políticamente frágil”.

Parte de la estrategia de ‘resistencia civil’, dice Semana, será promover protestas dentro y fuera del Congreso.

La forma como se desarrolle la implementación de los acuerdos de paz en el Congreso podría ser alterada por la decisión de la Corte Constitucional sobre el llamado ‘fast track’ (vía rápida), mecanismo contemplado para tramitarlos de forma rápida, pero no afectar mucho el resultado final.
Si se aprueba el ‘fast track’, los congresistas solo pueden aprobar o rechazar los acuerdos, pero no modificarlos.

“Si la Corte decide resucitarlo (el ‘fast track’), lo único que podrán hacer los contradictores (de los acuerdos) será dejar constancias con pocas implicaciones prácticas. Pero si la Corte decide que al haber ganado el No no hay ‘fast track’, los 30 congresistas del Centro Democrático tendrían poco margen de acción frente a las mayorías santistas”, dice Semana.

La otra opción de los uribistas es promover un referendo (donde los colombianos votarían por temas específicos de los acuerdos). Pero el camino no es fácil: tendrán que recoger 3,5 millones de votos, que sea aprobado por la Cámara de representantes, y aprobado por la Corte Constitucional. Con la capacidad de convocatoria de Álvaro Uribe, se da por descontado que consigan las firmas. Pero en el Congreso las mayorías santistas lo frenarían.

Si logra pasar todos esos obstáculos, uno aún mayor sería conseguir los votos: la mitad del 25 % del censo electoral.

La otra estrategia es promover la revocatoria del Congreso.

En caso de que fallara en todas estas estrategias, aún el uribismo sacaría dividendos: mantenerse vivito y con opción para las elecciones del 2018, como ya lo han dejado claro.

Si llega a él, Uribe y el Centro Democrático tratarán de desmontar los acuerdos.

Como ha demostrado Donald Trump en los últimos días, hay muchas causas que aunque en la práctica son irrealizables, sirven para ganar votos en las elecciones”, dice Semana.

En que la estrategia uribista busca volver al poder coincide el columnista de la revista Semana Daniel Coronell.

Para Coronell, Uribe lo que busca es dilatar, dilatar, dilatar. Primero, en el Congreso; luego, promoviendo un referendo.

“Después buscará torpedear las zonas de concentración destinadas a la dejación de las armas… que el paso del tiempo se encargue de erosionar el cese al fuego y que el regreso de la violencia termine dándole la razón sobre la inconveniencia de los acuerdos”, dice Coronell.

LO ÚLTIMO