Para ciertos sectores dentro y fuera de la Fiscalía, la figura de la también exmagistrada y expresidenta de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá no generaba la suficiente confianza como para hacerse cargo de la nueva Unidad Especial de Investigación, destacó El Espectador.

Esta dependencia de la Fiscalía General de la Nación fue creada en el marco de los acuerdos de paz en La Habana, para desmantelar las estructuras paramilitares que subsisten desde la desmovilización de las autodefensas.

Esta unidad también tiene la misión de investigar la muerte de líderes sociales y campesinos, y establecer el origen de los recursos que alimentan a estas estructuras criminales.

El periódico anota las siguientes razones por las cuales hoy la Unidad Especial de Investigación contra el crimen organizado ya no cuenta con una cabeza visible:

  1. “Las posiciones que mostró en sus fallos, así como su supuesto círculo cercano, generaron ciertas molestias en algunos sectores de la Fiscalía que dudaban de su independencia”
  1. “Tenía tras de sí una serie de fallos controversiales que la enfrentó, incluso, con otros magistrados del Tribunal Superior de Bogotá”.
  1. Tenía nerviosos a los empresarios (entre ellos a Postobón) que la veían como una amenaza constante por su tendencia a vincularlos como auspiciadores del paramilitarismo en Colombia.
  1. En sus polémicos fallos no se molestó en señalar a los medios de comunicación de prestarse a difundir las ideas de los grupos paramilitares o de sugerir que tanto el DAS, como el Ejército y la Policía son “el autor detrás del autor”.
  1. “Ella también fue la responsable de reabrir el capítulo del Bloque Capital y de recordar los señalamientos que existían contra el exvicepresidente Francisco Santos por su presunta relación con el proyecto paramilitar que se gestó en Bogotá”.

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