Esta población es reconocida por su actividad minera y por la cantidad de personas, en su mayoría hombres, que llegan allí buscando suerte en las minas de oro que reposan en la espesa montaña.

Por eso, las autoridades dicen que fácilmente los fines de semana se pueden contar más de 300 jovencitas que ofrecen sus servicios sexuales a precios elevados. No por nada tienen fama de estar entre las más lindas y costosas de la región.

“La policía hizo un trabajo de investigación con las trabajadoras sexuales que llegaron a la zona y todas coincidían que cada una de ellas se ganaba siete millones mensuales”, explicó el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, según RCN Radio.

Pero esta semana, Ejército y Policía sellaron nueve casas de lenocinio, varios socavones donde se explotaba oro y desalojaron a unas 200 prostitutas.

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También, autoridades hicieron un censo y encontraron que de 5.000 mineros hay solo unos 1.200 que son oriundos de la región. 500 ya tuvieron que salir del pueblo y la Policía incrementó su presencia en la zona.

“La vida de los mineros consiste en gastar lo que se ganan y allí están dispuestos a complacerlos”, explicó el Director de la Región 6 de la Policía, general Humberto Guatibonza, a Teleantioquia.

Ahora, la preocupación no es solo para las prostitutas que ven como el trabajo empieza a mermar sus ganancias, sino para las autoridades de salud que temen una propagación de enfermedades venéreas.

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