El plantel educativo alegó esa condición basado en facturas que demuestran que ha incurrido en gastos legales, le contó Mónica Prieto, madre de la joven, a Noticias Caracol.

“Ahora resulta que esos señores son víctimas. Y, por increíble, absurdo, que parezca, los jueces y el Tribunal de Cundinamarca les han dado la razón”, lamentó Prieto.

Los padres de María Camila —que murió cuando la lancha de la empresa Transamazónicos en que viajaba con otros 21 compañeros de su colegio y dos profesores hacia la reserva natural peruana Marasha se estrelló con otro bote—, la decisión de la Sala Civil de la Corte sienta un precedente a favor de los colegios y desprotege a padres y estudiantes.

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“Definitivamente, nuestros hijos viajan en manos de desconocidos, porque a los colegios les queda muy fácil evadir las responsabilidades que asumen y el deber de cuidado que tienen frente a los estudiantes cuando se los llevan a unas salidas pedagógicas”, dijo Prieto.

Al respecto también se pronunció Carlos Ballesteros, presidente de la Confederación de Padres de Familia, que cuestionó la determinación del Tribunal y advirtió que desde este accidente los colegios cuentan con un blindaje.

“La mayoría de padres de familia nos vemos constreñidos simplemente a firmar la autorización, pero sin saber cuál es el contenido de la autorización”, dijo Ballesteros.

La salida académica en la que murió María Camila era una actividad que hacía todos los años el colegio English School, en cooperación con la empresa Blue Fields, encargada de la logística, para los alumnos de  grado 11, de acuerdo con una nota que publicó Semana en agosto pasado.

En la investigación posterior al fatal incidente se estableció que fueron infringidas varias reglas de navegación: el horario de zarpe, que es prohibido antes de la cinco de la mañana en la zona, y el peso excesivo del equipaje que podía cargar la lancha, que también viajaba sin luces y sin copiloto.

Aunque, como señaló la revista, la Fiscalía abrió una investigación por homicidio culposo agravado en concurso con lesiones culposas agravadas contra Éver Sinaragua, conductor de la lancha que se estrelló; Segundo Solarte, contratista de las embarcaciones; Manuel López y Mateo Franco, guías de Blue Fields, y Martha Elena Quintero, profesora del English School, para la madre de María Camila no hay imputados grandes en este caso.

Ella se refiere a los representantes legales de Blue Fields y del colegio, que no comparecieron. “Esas personas eran las que decidían la salida de los niños a esa hora y cometieron una serie de irregularidades”, dijo Prieto a Semana.

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